Alergias: Más casos y más síntomas

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Alergias: Más casos y más síntomas. Y es que no solo somos cada vez más vulnerables a las alergias, con un aumento de en torno al 2% de diagnósticos al año, sino que el cuadro sintomático es cada vez más amplio. Las reacciones a los alimentos y las alteraciones de la piel se suman a los síntomas comunes de las alergias, desde las dificultades para respirar, tos, estornudos o irritación de los ojos y la nariz. Cambia el calendario de las alergias y con ello, su incidencia y la manera de enfocar los tratamientos para combatir los molestos e incómodos síntomas.
 
Las alergias ya no son solo para la primavera. De la misma manera que la prevalencia de alérgicos, según datos médicos, se estima que aumenta un 2% anualmente, también se ha puesto de manifiesto que las alergias se han visto trastocadas y su calendario ha dejado de aferrarse de manera estricta a las estaciones del año. De hecho, las altas temperaturas y su brusca irrupción, pero también la contaminación, han modificado el calendario de alergias y así, por ejemplo, este año hasta un 50% de los alérgicos presentarán síntomas cutáneos o alteraciones en la piel fuera de la época hasta ahora habitual. La alergia a las gramíneas también se prevé que se prolongue hasta el verano. Y no solo síntomas cutáneos, un 20% de los alérgicos también desarrolla una reacción alimentaria. Es lo que se denomina reactividad cruzada y que provoca, como han explicado los especialistas, que los alérgicos al polen presenten una mayor sensibilización a determinados alimentos, como pueden ser las frutas, por la similitud molecular. Así, una persona alérgica al polen de gramíneas o al olivo también puede serlo a frutas como el kiwi o el melocotón.
 
Se estima que una de cada cuatro personas es alérgica. Un trastorno cada vez más frecuente y que ya no es propio de una determinada estación del año. Los cambios de temperatura, el retraso en la aparición de las lluvias y factores ambientales, como la contaminación, han hecho que este año se retrase la polinización y, por tanto, sea más elevada. Esto, lógicamente, se traduce en un aumento del riesgo de sufrir los incómodos y molestos síntomas propios de la alergia. Síntomas como dificultades para respirar, respiración silbante, tos, estornudos, irritación de los ojos, excesivo lagrimeo y moqueo (rinitis alérgica) y que este año vienen además acompañados de alteraciones de la piel, como urticaria y picores, y reacciones a los alimentos. En concreto, la denominada esofagitis eosinofílica, una patología de la mucosa de origen alérgico relacionada con las proteínas de los alimentos y que se suele manifestar con ardor, acidez estomacal o dificultades al tragar los alimentos. Un síntoma novedoso en los pacientes alérgicos a los ácaros y a los pólenes.
 
Las alergias, en ocasiones, se manifiestan a través de la piel enrojecida o irritada o por la aparición de ronchas o erupciones cutáneas. Tampoco hay que descartar otro posible síntoma y es que las alergias pueden provocar alteraciones en los oídos, derivando si no se trata a tiempo en una posible pérdida auditiva.
 
Los síntomas, aunque molestos, son la respuesta de nuestro organismo para defenderse del ataque de los agentes invasores, en este caso sustancias como el polen o los ácaros. Al activarse los anticuerpos de nuestro organismo al mismo tiempo se generan los síntomas propios de las alergias.
 
Ante la aparición de síntomas, debemos consultar al médico para su diagnóstico y tratamiento, ya que por ejemplo en el caso de la rinitis ésta puede evolucionar en asma. Para su tratamiento, lo más común es administrar antihistamínicos, broncodilatadores, corticoides o, incluso, puede recurrir a la vacuna.

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