Bebés prematuros: El 7% nace antes de la semana 37. La Organización Mundial de la Salud cifra en 15 millones el número de bebés prematuros en el mundo, es decir, los nacidos antes de la semana 37 de gestación. En nuestro país, nacen de forma prematura el 7% de los bebés, lo que significa que necesitan ayuda y cuidados especiales para vivir fuera del vientre materno. Tasa de prematuridad que, tal y como señalan desde la Asociación de Padres de Niños Prematuros, ha aumentado un 48% desde el año 1996.
Uno de cada diez niños en el mundo nace prematuro. Una cifra que este año ha sido además el lema del Día Mundial de la Prematuridad y con el que médicos y asociaciones de padres también han querido recordar la importancia de los cuidados especiales y de calidad para evitar que la salud de los bebés prematuros pueda verse comprometida. Bebés que requieren unos cuidados y tratamientos especializados, dada su especial vulnerabilidad a padecer infecciones. Por este motivo, también se ha hecho un llamamiento para evitar que los recortes sanitarios afecten a la asistencia de los que están considerados los pacientes más débiles o frágiles. Un bebé prematuro requiere atención continuada. Para ello, no solo el centro hospitalario debe contar con los recursos sanitarios más especializados, sino con el personal adecuado, tanto en número como en calidad. Tal y como apuntan desde el Hospital Gregorio Marañón, es una de las áreas médicas más sensibles en la que no se debe bajar la guardia nunca, por lo que cualquier recorte puede conllevar un coste muy alto para la sociedad.
El parto prematuro puede deberse a distintas causas, ocurriendo en la mayoría de los casos de forma espontánea, aunque también pueden ser inducidos por ejemplo en los casos de partos múltiples, infecciones o patologías crónicas (diabetes, hipertensión arterial). Se considera bebé prematuro al nacido antes de la semana 37, aunque en términos médicos también se habla de bebes extremadamente prematuros (nacidos con menos de 28 semanas de gestación), muy prematuros (entre la semana 28 y la 32) y moderados o prematuros tardíos (entre la semana 32 y la 37 de gestación).
Una atención sanitaria o unos cuidados de baja calidad pueden conllevar serias consecuencias y complicaciones para la salud del bebé prematuro. Consecuencias como dificultades para respirar o infecciones que pueden desencadenar en problemas de discapacidades (físicas, neurológicas) y, en el peor de los casos, el fallecimiento. Según datos médicos, en torno a un millón de bebés prematuros fallece anualmente en el mundo.
Aunque el objetivo era reducir las tasas de prematuridad, lo cierto es que siguen una tendencia al alza, lo cual constituye un problema prioritario de salud, tal y como subrayan los especialistas. Por su parte, donde sí se están dando pasos importantes es en el tratamiento y cuidados de los bebés con bajo peso al nacer (menos de 1, 5 kilos). Los cuidados y la atención perinatal, cada vez más especializada, tienen la respuesta. De hecho, con el objetivo de promover los conocimientos y seguir mejorando los tratamientos, este mismo años la OMS y la Alianza para la Salud Materna, del Recién Nacido y del Niño, March of Dimes y Save the Children suscribieron la estrategia mundial para la salud de la mujer y de la infancia, cuyo reto es reducir los problemas de salud como consecuencia de los partos prematuros.
