Copa menstrual, tampón o esponja vaginal: ¿Qué es más seguro?

¿Copa menstrual, tampón o esponja vaginal? Los productos de higiene femenina íntima han evolucionado mucho en los últimos años, siendo la copa menstrual la última en incorporarse, aunque como veremos no es la única propuesta ecológica que puja por desbancar al tampón. Pero, ¿cuál es más seguro?, ¿cuál es el más aconsejado para cada una de nosotras? Conocer cuáles son las ventajas de cada uno de ellos, así como conocer nuestro cuerpo, nos ayudará a tomar la decisión más acertada para sentirnos cómodas y seguras durante los días de la regla.

Copa menstrual, tampón, esponja vaginal

La copa menstrual ha llegado al mercado dispuesta a ser el método alternativo a los tampones y compresas, las fórmulas más clásicas de higiene íntima femenina durante los días de la menstruación. Aunque curiosamente hay que recordar que estamos ante un producto que regresa, porque la primera copa menstrual se diseñó en la década de 1930, aunque en aquellos no pudo competir con el primer tampón moderno. La copa menstrual, en líneas generales, se puede definir como un recipiente, en forma de copa, de silicona médica que se inserta en la vagina para retener el sangrado menstrual. No altera el pH del cuerpo ni de la flora vaginal. Se considera uno de los métodos más ecológicos y económicos porque la copa menstrual se puede reutilizar tras su limpieza. De hecho, puede llegar a durar hasta 10 años. Se puede utilizar durante un máximo de 12 horas (incluido por la noche).

Ecológicas también son las esponjas vaginales -esponjas marinas en su versión natural-, un método reutilizable y con una duración de hasta 8 horas. Además de resultar más cómodas, tanto las esponjas vaginales como las copas menstruales retienen el flujo, no lo absorben como el tampón, con lo que se evita el riesgo de sequedad vaginal. Al evitar que el flujo menstrual esté en contacto con el aire, también se reducen los olores, así como la irritación.

Frente a estos argumentos, el tampón (fabricados con materiales seguros como el rayón y el algodón), que sigue siendo uno de los productos de higiene femenina íntima más utilizados, es cómodo, mucho más fácil de colocar. Sin embargo, como desventajas, no es reutilizable, hay que cambiarlo muchas más veces (al menos tres veces al día, aunque depende de cada mujer) y no conviene llevarlo puesto demasiadas horas, ya que olvidarse del tampón puede derivar en el denominado shock tóxico.

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