La debilidad o fatiga es uno de los síntomas físicos más comunes de la anemia, aunque no es el único que puede hacernos sospechar de una alteración de la salud que se traduce en una reducción de glóbulos rojos (hematíes) o concentración baja de hemoglobina en la sangre. Los glóbulos rojos desempeñan una función esencial para el organismo ya que son los encargados de transportar oxígeno a los tejidos. Cuando la cantidad de oxígeno se reduce, aparecen síntomas como el cansancio, bajo estado de ánimo, somnolencia o dificultades para concentrarse.
La anemia se diagnostica con una analítica que mide, como valor principal, la hemoglobina en sangre. Se considera que hay anemia cuando es inferior a 13 mg/dl en el hombre y a 12 mg/dl en el caso de la mujer. También se tienen en cuenta otras valores, como el de hematíes (los valores normales se sitúan entre 4,2-5,5 millones de hematíes/ mm3), y el hematocrito, que se define como el porcentaje de glóbulos rojos en sangre (los valores normales se sitúan entre 40%-55% en hombres y 35%-50% en las mujeres).
La anemia es una afección que no hay que subestimar, por lo que es importante reconocer los signos físicos más habituales, entre los que se incluyen, además de la fatiga, la palidez de la piel, taquicardias o dificultades respiratorias.
Signos físicos
La anemia puede aparecer de manera leve o aguda, y en función de ello sus signos serán más o menos evidentes. La pérdida de resistencia física, taquicardias, palpitaciones o dificultades para respirar (respiración acelerada) son propias de una anemia ligera, síntomas que se acentuarán a medida que la anemia se vaya intensificando, y a los que hay añadir otros como dolor de cabeza, mareos, hormigueo, estreñimiento, caída del cabello o palidez de la piel y las mucosas. La palidez de la piel se puede hacer extensiva a las uñas y a las encías. Así, por ejemplo, la conjuntiva del ojo puede ser un signo delator. Si la membrana que recubre el ojo y la zona interior del párpado es casi blanca puede ser un signo de anemia (en condiciones normales es roja). Los signos de la anemia no solo son físicos, ya que también nos pueden hacer sentir más irritables o desanimados.
Cuando la anemia aparece de forma brusca, como consecuencia por ejemplo de una hemorragia severa, los signos físicos que pueden aparecer son palidez, taquicardia, dolor de pecho, sudoración y, en los casos más graves, colapso vascular.
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