Insulina: Tipos, dosis y utilización

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Insulina: Tipos, dosis y utilización. La insulina es la hormona segregada por el páncreas, la responsable de mantener constante el nivel de glucosa en sangre, regulando el metabolismo de los hidratos de carbono. Cuando nuestro cuerpo no produce insulina o no la administra correctamente será necesario recurrir al medicamento hecho con esta sustancia, y del que toma su nombre, y que se usa en el tratamiento de la diabetes. Pero hay diferentes tipos de insulina, en función del tipo de paciente y del tratamiento necesario. Te contamos cuáles y cómo funcionan.
 
Los pacientes con diabetes Tipo 1 requieren la administración de insulina desde el diagnóstico, no así los pacientes con diabetes Tipo 2. Los tipos de insulina, al igual que las herramientas de administración, han evolucionado para adaptarse a las necesidades concretas de las personas con diabetes y, sobre todo, en el caso de los niños y jóvenes diabéticos.
 
La insulina puede ser de varios tipos, en función de tres características principales como el inicio (el momento en que empieza a reducirse el nivel de azúcar en sangre), el pico de acción y la duración (el tiempo que dura el efecto de la insulina):

  • Acción súper rápida: Se administran antes de las comidas. Las marcas más conocidas son Humalog, Apidra y NovoRapid.
  • Acción rápida: Se administran entre 30-45 minutos antes de las comidas. El efecto de la dosis es inmediato, a los 15-30 minutos y su efecto dura entre 4-6 horas. Entre las marcas más conocidas de este tipo de insulina, Humulina Regular y Actrapid Regular.
  • Acción intermedia: Al tener una duración aproximada de 12-20 horas se administran por la mañana. Su acción comienza a los 60-120 minutos de administrarse. Humulina NPH y Novolin N, las marcas más conocidas.
  • Acción ultralenta o prolongada: Se administran por la mañana o antes de dormir. El efecto de la dosis arranca aproximadamente a la hora y su duración está entre las 20-26 horas. En este caso, las marcas más conocidas son Levemir y Lantus.
  • Insulina combinada: Mezcla de insulina rápida e intermedia, cuyos efectos de inicio y duración se combinan.

Por regla general, las insulinas rápidas se administran en la zona del abdomen, mientras que las de acción más lenta, se recomienda hacerlo en las piernas o nalgas. En cuanto a las combinadas, se puede administrar tanto en abdomen, piernas o brazos. En cuanto a las dosis, está dependerá de varios factores, si bien la regla general es de 2 a 4 dosis diarias:

  • Edad y el peso.
  • Pauta de administración.
  • La cantidad de insulina necesaria al día. Es decir, al iniciar el tratamiento se debe realizar un seguimiento para ir ajustando las dosis al ritmo de vida y hábitos del paciente.

Prevenir es salud, y la diabetes no es ajena a esta premisa. El diagnóstico precoz, acompañados de una dieta y estilo de vida saludable, es básico para el control de esta enfermedad. De hecho, hay un dato revelador. La Sociedad Española de Diabetes, en un estudio realizado con el Instituto de Salud Carlos III, constató que en España hay más de tres millones de personas con diabetes, a lo que hay que sumar que cerca de un millón y media de personas desconocen que tienen este problema de salud.

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