Todos en algún momento de la vida hemos padecido o padeceremos dolor de espalda, una de las molestias más frecuentes. Las posturas incorrectas, el estrés, la tensión acumulada, la falta de ejercicio y, con ello, la pérdida de tono muscular son las principales causas que están detrás de los dolores de espalda. Aunque las molestias sean leves, no debemos subestimarlas, ya que pueden derivar en problemas más serios e interferir en nuestra calidad de vida. Hay otro factor que tampoco podemos pasar por alto, y es la edad. La espalda también envejece. ¿Qué podemos hacer para mejorar los cuidados de la espalda? Tan solo necesitamos dedicarle unos minutos al día a nuestro espalda, sin grandes esfuerzos.
Hacer unos sencillos ejercicios nos reportará interesantes beneficios, ya que el ejercicio fortalece los músculos, ayuda a evitar las contracturas, mejora la flexbilidad y la agilidad de los músculos y articulaciones. En pocas palabras, el ejercicio nos ayuda a contar con una espalda más cuidada y sin molestias.
La falta de actividad física no solo afecta a los músculos, también a la piel. A esto hay que sumar otros factores que pueden afectar al buen estado de salud de la espalda, y son la edad y el sobrepeso. Esto también puede causar pérdida de firmeza de la piel, aparición de depósitos de grasa y estrías. La salud de la piel, su hidratación y la presencia o ausencia de defectos tales como impurezas o hiperpigmentación, la flacidez de las estructuras de la piel del músculo y la presencia de grasa localizada son aspectos que podemos tratar con unos cuidados a lo largo de todo el año o recurriendo a los tratamientos específicos, como los tratamientos dérmicos con ingredientes activos y de biorevitalización para hidratar, limpiar, eliminar la decoloración. Tratamientos que permiten aumentar la hidratación de la piel, firmeza, reforzar la renovación celular, reducir las imperfecciones e impurezas, mejorar la textura y eliminar la grasa localizada.
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