Preventivas y terapéuticas. Seguro que más de una vez has oído hablar de ellas, pero ¿para qué sirven en realidad las medias de compresión? Uno de los principales beneficios es ayudar a mejorar el sistema circulatorio venoso, de ahí que sean sobre todo utilizadas en caso de padecer varices y arañas vasculares. Las medias de compresión tienen un doble efecto preventivo y terapéutico de los problemas venosos. Las medias ejercen presión, tanto en movimiento como en reposo (más fuerte en los tobillos y decreciendo a medida que sube la pierna), favoreciendo de esta manera el retorno de la sangre hasta el corazón, y evitando al mismo tiempo que las venas se compriman. Están hechas con materiales elásticos (poliamidas, elastán…), y entre las más novedosas, las de hilos antibacterianos y anti olores.
Cuándo utilizar medias de compresión
¿En qué casos se aconseja utilizar medias compresivas? Hay que subrayar, en primer lugar, que son un producto sanitario, y por lo tanto conviene consultar al médico sobre el tipo de media más aconsejado en cada caso. Siguiendo las recomendaciones de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, ANEFP, son un aliado terapéutico para favorecer la recuperación tras cirugías venosas, en caso de edema o para prevenir úlceras y trombosis. Las medias de compresión también suelen recomendarse en caso de aparición de varices durante el embarazo o causadas por el tipo de trabajo (permanecer mucho tiempo de pie o sentado), así como para mejorar la circulación en caso de piernas cansadas, retención de líquidos o para realizar viajes largos en avión.
Las medias de compresión, hoy en día, se utilizan para mucho más que para tratar problemas de circulación, siendo cada vez más demandadas por los deportistas (sobre todo de especialidades como ciclismo, triatlón o atletismo) para mejorar la circulación sanguínea de las extremidades inferiores durante los entrenamientos.
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