La prevención juega un papel fundamental en la salud y, en concreto, en el caso de los cuidados de la piel, el órgano que, entre otras afecciones, puede verse afectado por el melanoma, mucho más frecuente de lo que pensamos. La piel está formada por la dermis y epidermis, donde se encuentran los melanocitos, o células que producen melanina. Su crecimiento o multiplicación anormal es responsable de la aparición del melanoma, un particular tumor que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Síntomas y diagnóstico La primera regla preventiva es controlar la forma y dimensiones de los lunares o manchas presentes en la piel. Tener un lunar no significa irremediablemente que vayamos a padecer un melanoma, pero eso no quiere decir que debamos bajar la guardia. Si sospechamos que alguno de los lunares de la piel ha cambiado su aspecto conviene consultar a un especialista para comprobar la posible presencia de un melanoma. Los síntomas más evidentes de este tipo de cáncer están relacionados con los cambios en el color o el tamaño de los lunares, que tienden a variar el aspecto con la aparición de bordes irregulares, formas asimétricas o tonalidades desiguales. Otros síntomas a tener en cuenta es la presencia de sangre, lesiones superficiales o un espesor diferente de la zona pigmentada.
Para un diagnóstico certero, el médico realizará una biopsia, que consiste simplemente en recoger una muestra de la zona afectada y examinarla bajo un microscopio para verificar si hay células cancerosas.
Cuidado y tratamiento La terapia de la cirugía es la más indicada para el tratamiento del melanona y consiste en su eliminación completa, la cual puede complementarse con radioterapia o quimioterapia, dependiendo de la fase del tumor. Para formular el protocolo de tratamiento más adecuado, el médico examinará el lugar donde se encuentra el melanoma, su verdadera gravedad, la posible metástasis, la velocidad de crecimiento y la salud general del paciente.
El pronóstico, o la probabilidad de que la enfermedad puede reaparecer en el tiempo, depende principalmente del grosor del tumor y la presencia de ulceración o metástasis. De todos modos, las estadísticas constatan que la batalla contra este tipo de tumor arroja datos positivos. En los países occidentales más del 80% de los pacientes a los que han extirpado quirúrgicamente un melanoma tienen altas expectativas de vida. Detectarlo lo antes posible aumenta considerablemente las probabilidades de éxito del tratamiento.
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