¿Por qué se hinchan los ojos? Ojos hinchados, y en ocasiones enrojecidos, de los que nos percatamos nada más levantarnos. Detrás de la inflamación de los ojos podemos encontrar múltiples causas, desde la falta de sueño a algún tipo de trastorno ocular. Las alergias (polen, cosméticos, picaduras de insectos…), el pasar muchas horas delante de la pantalla del ordenador, el llevar las lentillas mucho tiempo, también pueden provocar que se hinchen los ojos, siendo además una señal de retención de líquidos y una advertencia para revisar la dieta. Llorar también puede causar inflamación de los ojos. Vamos a ver, más detenidamente, qué hacer para aliviar los ojos hinchados.
Tratamientos para ojos hinchados
Los remedios caseros y naturales pueden ser de gran ayuda para los ojos hinchados. Así, entre los remedios más eficaces está el de aplicar sobre los ojos unas rodajas de patata o de pepino, durante unos minutos. Aplicar frío también puede ser eficaz, bien lavando los ojos con agua fría o colocando una compresa fría. Otro remedio consiste en aplicar unas bolsitas de manzanilla, tras sumergir en agua caliente y luego dejar enfriar en la nevera, directamente sobre los ojos.
Si la causa de los ojos hinchados es la retención de líquidos, conviene revisar la dieta y reducir la presencia de grasas, azúcares y sal, apostando más por alimentos diuréticos y depurativos, como las frutas y verduras. También conviene aumentar la ingesta de agua y de infusiones depurativas.
Otros consejos que nos ayudarán a cuidar nuestros ojos y a evitar la hinchazón son cuidar la higiene del sueño (respetar los horarios de sueño y dormir boca arriba con la cabeza elevada) y, en caso de usar maquillaje, limpiar el rostro y, en especial, los ojos.
Ojos hinchados otras causas
La hinchazón de ojos puede aparecer por la presencia de algún cuerpo extraño o por un orzuelo, pero además puede ser la señal de algún trastorno inflamatorio de los ojos, como conjuntivitis o blefaritis (inflamación del párpado). En estos casos suele venir acompañada de síntomas como lagrimeo, sensibilidad a la luz, picor, visión borrosa y dolor. En caso de infección o inflamación que no remite, hay que consultar al médico para evitar complicaciones, como por ejemplo la infección de la piel y el tejido produciendo la denominada celulitis.
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