Reproducción asistida: ¿Por qué conviene ser madre antes de los 35?

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Reproducción asistida: ¿Por qué conviene ser madre antes de los 35? Porque lo contrario puede disminuir notablemente las probabilidades de ser madre. De hecho, según apuntan los especialistas, la capacidad reproductiva o fertilidad femenina comienza a descender, mes a mes, a partir de esta edad. A los 30, el porcentaje de ovocitos en la mayoría de las mujeres ronda el 12%, cifra que se reduce hasta el 3% a partir de los 40 años.
 
El retraso en la edad de maternidad –condicionado por factores sociales, económicos o personales- se impone, pero nuestra capacidad reproductiva o fertilidad femenina sigue justamente el proceso contrario, es decir, disminuye con la edad. A partir de los 35 años disminuye la capacidad ovárica –tanto en cantidad como en calidad-, lo que hace que se reduzcan notablemente las probabilidades de quedarse embarazada de manera natural. Han aumentado, y así lo constatan los especialistas en reproducción asistida, la demanda de tratamientos –así como la edad media de las pacientes-, al tiempo que aconsejan, si se desea ser madre, no demorar la decisión más allá de esta edad. Por diferentes motivos.
 
El primero de ellos, como señalan desde el Centro Médico de Reproducción Asistida de Valencia, es que a partir de los 30 comenzamos a perder capacidad reproductiva, por la disminución de ovocitos que, en una década, pueden pasar del 12% al 3%. La menor reserva ovocitaria se traduce directamente en un incremento de las dificultades para quedarse embarazada de manera natural, recurriendo cada vez con mayor frecuente a las técnicas de reproducción asistida.
 
Retardar la maternidad puede conllevar algunos riesgos o complicaciones durante el embarazo. En concreto, expone al embrión a un mayor riesgo de alteraciones genéticas internas. El riesgo de aborto, síndrome de Down o anomalías cromosomáticas se incrementan con la edad de la madre.
 
Y hay otro motivo más a tener en cuenta y que también está relacionado directamente con la edad. Y es que, tal y como subrayan los especialistas, las probabilidades de éxito del tratamiento de reproducción asistida utilizando ovocitos propios también son menores a partir de una edad, fundamentalmente a partir de los 38. Si no queremos renunciar a la posibilidad de ser madre, a partir de los 35 conviene solicitar un diagnóstico y saber cuál sería el tratamiento más adecuado en función de los resultados.
 
El retraso en la edad de ser madre es una realidad a la que también han tenido que adaptarse los especialistas y, en concreto, los centros de reproducción asistida, con el objetivo prioritario de dar el pronóstico más certero a las pacientes con problemas para ser madre. Así, por ejemplo, las técnicas de estimulación ovárica están enfocadas actualmente a mejorar la calidad y el potencial evolutivo de los embriones, en lugar de favorecer el crecimiento de los óvulos. La adaptación de los métodos ha dado sus resultados y se ha logrado mejorar el desarrollo de los embriones y gametos.
 
Se estima, según datos médicos, que el 15% de las parejas de nuestro país tiene problemas de fertilidad para ser padres. La Sociedad Española de Fertilidad cifra en más del 3,5% el número de nacimientos que tienen lugar cada año a través de las técnicas de reproducción asistida.

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