Salud bucal: Dieta para una boca sana y cuidada

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Salud bucal: Dieta para una boca sana y cuidada. Mantener una sonrisa bonita, proteger el esmalte de los dientes y evitar la aparición de caries comienza en la mesa. Y es que tan importante como seguir una correcta higiene bucal es revisar nuestra alimentación, incluyendo ciertos nutrientes, minerales como el flúor, calcio y vitaminas. Una dieta sana y equilibrada es el punto de partida para la protección de nuestros dientes y encías, sin olvidar que algunos factores de riesgo, como el tabaco y el estrés, multiplican los problemas bucales.
 
El tabaco, el estrés, el azúcar o el exceso de bebidas con gas son algunos de los factores que ponen en riesgo nuestra salud bucal. Además de unos hábitos de higiene (lavarse los dientes después de cada comida, utilizar hilo dental, entre otros consejos) y de las revisiones periódicas, la alimentación juega un papel fundamental en la prevención de caries, en la pérdida de esmalte de nuestros dientes y en la salud de nuestras encías, entre otros trastornos. Somos lo que comemos, y el seguir una dieta sana y equilibrada también es la premisa básica para mantener una sonrisa bonita y una boca cuidada.
 
Para proteger el esmalte, y para fortalecer las encías y dientes frente las bacterias, uno de los alimentos que se presenta como un buen aliado son las verduras, las cuales reportan beneficios para nuestra salud no solo si los tomamos preparados, sino también crudos. Comer verduras crudas (zanahorias, apio) fortalece las encías, con el simple hecho de masticar, mejora el riego sanguíneo y evita que las bacterias queden adheridas a los dientes. A la hora de servir los platos, una buena manera de incluir las verduras crudas en la dieta es como acompañante de ciertos platos (salsas, purés, ensaladas) y, en ocasiones, como sustituto del pan.
 
Ciertos nutrientes son esenciales en una dieta especialmente pensada para mantener la salud de nuestra boca. Así, el flúor, presente en alimentos como las espinacas, zanahorias, manzanas, copos de avena o pan de centeno, es un mineral fundamental para asegurar el esmalte dental, al tiempo que evita la aparición de caries. Si el esmalte se deteriora, nuestros dientes serán más vulnerables a la aparición de caries o de la placa bacteriana, problema que también puede aparecer si tenemos una deficiencia de calcio, algo muy frecuente entre las mujeres embarazadas. Para mantener los niveles de calcio, opta por los lácteos y por el pescado, una buena fuente además de vitaminas, otro de los básicos en nuestra dieta.
 
Las vitaminas, sobre todo la vitamina C, es el mejor remedio para evitar un trastorno bucal tan frecuente como la gingivitis y para proteger a las encías de problemas de sangrado. Una buena fuente de vitaminas son las espinacas, cuyos efectos beneficiosos se pueden multiplicar si las acompañados por ejemplo con nueces y naranjas.
 
Tal y como hemos señalado antes, el azúcar, en concreto abusar de los alimentos ricos en azúcares, puede no resultar un buen aliado de nuestra salud bucal. Un consumo moderado, y el tomar los dulces como parte del menú (es decir, evitar picar entre horas cosas dulces) es un primer paso. Además, el azúcar resulta mucho menos dañino para los dientes si lo tomamos diluido (por ejemplo, en la leche). Si entre horas quieres tomar un tentempié, es mejor optar por una pieza de fruta, como una manzana, que recurrir a los dulces o a la bollería, sobre todo en el caso de los más pequeños.
 
Por último, para completar una alimentación sana, las infusiones, como la manzanilla, ayudan a prevenir la sequedad bucal durante las horas de sueño. Otras plantas, como la salvia y el áloe vera, también aportan beneficios a nuestra boca. La primera es un buen remedio contra la sequedad bucal, sobre todo mientras dormimos, y contra el mal aliento, mientras que el áloe vera, presente en muchos dentríficos, es un buen antiséptico (encías sangrantes o inflamadas).

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