El cáncer endometrial es un tumor que comienza en el endometrio, el tejido que recubre el interior del útero. Según los datos médicos, el cáncer de endometrio es, junto al del mama, pulmón y colon, uno de los más frecuentes entre las mujeres, tendiendo a aparecer unos años después de la menopausia. Para su prevención es fundamental conocer los factores de riesgo así como las señales que nos pueden alertar de su aparición. Para ganar la batalla del cáncer es esencial adelantarse lo máximo posible al diagnóstico.
Factores de riesgo y prevención El cáncer de endometrio afecta principalmente a las mujeres posmenopáusicas, con una edad promedio de inicio en torno a los 60 años, aunque esto no quiere decir que haya que bajar la guardia si es menor, ya que, aunque con una menor incidencia, este cáncer no tiene en cuenta la fecha de nacimiento. Entre los factores de riesgo se incluyen la diabetes y el sobrepeso, consecuencia de una alimentación rica en grasas y calorías y de la falta de ejercicio físico. Y es que, en términos de salud, cada kilo cuenta. Según datos médicos, la incidencia de este tipo de cáncer es mayor entre las mujeres con problemas de sobrepeso, en comparación con las que presentan un peso normal y saludable.
Incluso las hormonas juegan un papel decisivo en la aparición de cáncer de endometrio, y en especial los estrógenos. El embarazo por un lado, y las píldoras anticonceptivas por otro, pueden desempeñar una función protectora, mientras que la terapia de reemplazo hormonal que supone la menopausia puede ser un factor de riesgo, pero sólo si se basa en estrógeno; si también contiene progestina, el riesgo disminuye. Las mujeres con estas características no necesariamente desarrollarán cáncer, simplemente presentan una mayor predisposición por lo que conviene prestar más atención a los síntomas.
Síntomas del cáncer de endometrio El síntoma más frecuente de cáncer de endometrio y significativo es el sangrado, especialmente en las mujeres menopáusicas. No obstante, cuando se producen pérdidas entre ciclos menstruales, hay que tener en cuenta que las causas pueden ser muchas, si bien hay que excluir la más peligrosa, la aparición de un tumor. En caso de pérdida de sangre por la vagina sin una causa evidente siempre se debe consultar al ginecólogo. Entre otros síntomas, hay que vigilar el flujo vaginal abundante y, a menudo de mal olor, dolor en la parte baja del abdomen, en el área pélvica, dolor en los riñones (como sucede por ejemplo con el dolor menstrual ) o, por último, una repentina pérdida de peso sin estar a dieta.
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