El frío altera el aspecto de la piel, sobre todo las que son atópicas, por eso hay que cuidar la piel en invierno y protegerla de las temperaturas.
Con la bajada de las temperaturas, las pieles sufren bastante y, sobre todo, aquellas que son muy sensibles. Es necesario prestar mucha atención a nuestra dermis para evitar posibles afecciones, como eccemas o similares. Asimismo, en invierno, es imprescindible saber cómo debemos actuar para prevenir cualquier problema. Y para que nuestra piel no sufra demasiado en esta época, lo ideal es seguir esta serie de consejos y pautas, que seguro te van a ayudar a sobrellevar mejor el frío.
Los brotes de dermatitis atópica son muy frecuentes en estos meses de bajas temperaturas. La piel se seca, se inflama y pica más de lo habitual con mucha frecuencia, dando pie a posibles eccemas. Estos se producen, entre otras cuestiones, porque una zona de la dermis se irrita debido al contacto con algún producto, porque ha estado demasiado tiempo con agua o también porque no se hidrata lo suficiente.
Cómo cuidar la piel en invierno frente a las bajas temperaturas
La dermatitis atópica no es contagiosa, pero si queremos mantenerla a raya durante todo el año, y sobre todo en invierno, es recomendable, en primer lugar, que las duchas no duren más de 5 minutos y que el agua esté templada. Si está muy fría, o muy caliente, la piel tiende a secarse con mayor facilidad. Por ello, es fundamental emplear geles acordes a tu tipo de piel.
Asimismo, cuando vayas a secarte, es mejor que lo hagas con delicadeza y a toquecitos. Nunca frotes porque la piel se irritará mucho más. Además, es recomendable usar toallas de algodón porque son las más suaves y respetuosas con la dermis. Posteriormente, una vez estemos completamente secos, es imprescindible hidratar la piel en profundidad para que luzca mejor y no salgan los temidos eccemas. Debes usar cremas corporales y faciales que se adecúen a tus necesidades.
Por otra parte, recuerda emplear siempre protección solar, ya sea verano o invierno, haya sol o no. De esta forma, protegerás la barrera cutánea; algo esencial en los casos de piel atópica. Otro consejo es mantener el ambiente húmedo. Para ello, emplea humidificadores. Servirán para paliar la sequedad que provoca la calefacción. Asimismo, ten en cuenta que no es necesario abrigarse demasiado. Pues en este sentido puedes aumentar la sequedad de la piel y los niveles de sudoración, favoreciendo la aparición de erupciones y alteraciones en la dermis. Lleva siempre contigo una crema hidratante para aplicarla sobre todo en las manos. Esta es una de las zonas que más sufre con el frio, junto con el rostro, los labios y la nariz.
