Mascarilla casera de chocolate: Paso a paso

Mascarilla casera de chocolate: Paso a paso. Las mascarillas caseras son, en muchas ocasiones, el mejor cosmético que podemos aplicar a nuestra piel, especialmente la del rostro. Son muchas las mascarillas que existen para la cara y que funcionan con muy diferentes objetivos. Otras tienen, simplemente, el objetivo de mejorar el estado de la piel y prevenir posibles problemas. Sea cual sea el objetivo, el utilizar mascarillas caseras garantiza a quien la emplea que conoce todos sus ingredientes y que estos son 100% naturales, de manera que no provoca alergias o reacciones inesperadas. Muchos de estos ingredientes son alimentos, que también tienen propiedades que resultan beneficiosas en tratamientos de belleza. Este es el caso de la mascarilla de chocolate.

En los últimos tiempos se han desvelado multitud de ventajas del chocolate. Actúa como un antidepresivo natural, aumenta también la libido… Y además se alza como un cosmético con multitud de beneficios para nuestra piel, por lo que la mascarilla de chocolate mejorará mucho el estado de tu rostro. ¿Quieres saber cómo hacerla?

Cómo hacer una mascarilla casera de chocolate

Las mascarillas caseras son una manera muy rápida y económica de lograr unos resultados buenísimos para nuestra piel. Aquí tienes las instrucciones para elaborar una mascarilla de chocolate sin tener que moverte de casa y todos los beneficios que te aporta.

Los ingredientes necesarios para elaborar esta mascarilla son una cucharadita pequeña de cacao en polvo, una cucharada sopera de yogur, a ser posible natural, una cucharada de miel y una cápsula de vitamina E. Si quieres incidir más en la limpieza de tu cutis, puedes incluir como ingredientes y luego mezclarlo con todos una cucharada de arcilla Rhassoul.
Junta los ingredientes en un cuenco y revuélvelo bien mezclando todos los componentes hasta que quede una mezcla homogénea.
Para aplicarla en el rostro, lo mejor es que utilices un pincel, de manera que la mezcla quede bien extendida y la piel la absorba mejor que si lo haces con la mano.
El tiempo que debe estar actuando oscila entre los diez minutos y los veinte, aunque lo más recomendado es retirarla cuando lleva aplicada un cuarto de hora. Para hacerlo, emplea agua templada en abundancia.
Puedes aplicar la mascarilla también por el cuerpo si lo deseas o si ves que tu piel lo necesita.
En cuanto a sus beneficios, destaca el que tiene un gran poder antioxidante, que lo convierte en un defensor perfecto contra los rayos UV, evita la rugosidad de la piel y contribuye de una manera muy especial a la nutrición de nuestra piel.