Luna de miel con niños: Trucos para que no sea un desastre

La luna de miel no siempre es cosa de dos. De hecho, las tradiciones cambian, y también las familias, y de ahí que hoy en día ya no sea una novedad llevarse a los niños a la luna de miel, convirtiendo este viaje en una experiencia para vivirla en familia. Eso sí, muy importante, es que la decisión de llevar a los niños a la luna de miel sea consensuada entre las dos partes. De igual manera, conviene planificar con antelación el viaje, sobre todo en lo relativo al destino, alojamiento, transporte (público o si queremos alquilar un vehículo para hacer excursiones) y actividades a realizar en el lugar de destino, entre otros detalles. Viajar con niños significa que el día tiene que estar dedicado a la familia, y ellos llegarán llenos de energía para sacarle el máximo partido al viaje. Vamos a ver algunos trucos para que la luna de miel con niños no sea un desastre.

Alquilar un coche

A la hora de viajar con niños hay que pensar en los desplazamientos en el lugar de destino, sobre todo cuando son pequeños. Lo más cómodo, siempre que sea posible por presupuesto, es alquilar un vehículo para poder moverse con mayor libertad (sin depender de taxis y de horarios del transporte público) y poder planificar excursiones para que los niños disfruten del viaje.

Alojamiento con servicio de guardería

Es importante que las noches sean para los recién casados, al igual que también tengan oportunidad durante el viaje de hacer sus escapadas para disfrutar de algún lugar o momento especial. Para ello, lo mejor es buscar alojamiento que incluya en sus servicios guardería o canguro.

Hotel con actividades para niños

Cada vez son más los hoteles que piensan en las vacaciones y viajes familiares, así que cuentan con una programación variada de actividades para que los niños puedan divertirse sin salir de sus instalaciones y vigilados por monitores. Siempre es una buena opción para relajarse durante unas horas. Y si es verano, o viajas a tierras cálidas, conviene que el hotel tenga piscina, un lugar del que no querrán salir.

Evitar las jornadas agotadoras

Si quieres disfrutar del viaje, conviene olvidarse de rutas agotadoras o excursiones interminables para intentar visitar todos los rincones. Conviene ser selectivos si se viaja con niños (el cansancio puede dar lugar a rabietas), y combinar diversas actividades a lo largo del día para que no se aburran.

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