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Este fin de semana hemos estado de bautizo. Como tantas y tantas familias, aprovechan el mes de mayo para bautizar a sus hijos. Aunque en este caso, el evento ha sido muy especial, ya que ha tenido lugar el bautismo de Jacques Y Gabriella Grimaldi, es decir los hijos mellizos de los Príncipes Alberto y Charlene de Mónaco en una ceremonia celebrada por todo lo alto en el principado monegasco. Eso sí, ha habido alguna ausencia sonada, que a continuación te contamos, junto a todos los detalles del día tan especial.
Mónaco se ha vestido de gala y de glamour este pasado de fin de semana. La ocasión lo merecía. Tuvo lugar el bautizo de Jacques y Gabriella Grimaldi, es decir los hijos gemelos de los Príncipes Alberto y Charlene de Mónaco. Un bautizo real y por partida doble.
Todo estaba perfecto. Desde el colorido de las numerosas banderas, de los escudos, de las preciosas 6.000 flores blancas -calas, lirios, rosas, todo ello adornó el trayecto desde el Palacio de los Grimaldi hasta la engalanada catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Todo perfecto para recibir a más de 700 invitados.
Y así se les fue viendo a todos los componentes de la familia monegasca, bueno a todos no, porque hubo alguna ausencia que luego te contaremos. Así, la princesa Carolina con un vestido de color lila con pamela XXL a tono, fue el primer miembro de la Familia Real monegasca en entrar en el templo. Como siempre estuvo divina. Le acompañaron sus hijos Andrea y Pierre Casiraghi, de traje, y la quinceañera princesa Alejandra, muy guapa con un vestido en tono marfil.
¿Quiénes no estuvieron? Pues Tatiana Santo Domingo, que hace menos de un mes, la noche del pasado 12 de abril, se convirtió en madre por segunda vez, ni tampoco su hija Carlota Casiraghi, lo que hace aumentar los rumores de un posible embarazo. Pero a falta de ellas, estuvo Beatrice Borromeo, prometida de Pierre, que hizo un derroche de elegancia.
Los minutos se hacían eternos, pero el ceremonial sigue su curso y por fin llegaron los padrinos de los pequeños grandes protagonistas, que ayer curiosamente cumplían además cuatro meses de vida. Y llegó el gran momento. Los niños aparecieron como es tradición en Mónaco en brazos de sus cuidadoras, vestidas iguales, con el mismo peinado e idéntico tocado y encima también mellizas. Las niñeras sacaron a los bebés de los coches: a la tranquila princesa Gabriella y al más movido príncipe Jacques que, en el momento de salir, llora a todo pulmón.
Como regalo, al Príncipe Jacques se le otorgará la Gran Cruz de la Orden de Grimaldi, mientras que la Princesa Gabriella será nombrada Gran Oficial de la Orden de los Grimaldi. Como presente, los padrinos del Heredero serán Oficiales de la Orden de San Carlos; por su parte, el padrino y la madrina de la Condesa de Carladès serán Oficiales de la Orden de Grimaldi. Así trascurrió una cita que volvió a demostrar que la familia Grimaldi está un paso por encima del resto.
