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Carlos Felipe de Suecia y Sofía Hellqvist ya son marido y mujer. En una boda celebrada por todo lo alto, el viejo cuento del príncipe y la cenicienta se volvió a cumplir. La boda estaba prevista para las 16:30 horas, por lo que los invitados fueron llegando al Palacio Real de Estocolmo con mayor o menor antelación. Fue un día muy especial para el país escandinavo, que tras Magdalena y Victoria, ya ve cómo la familia real está casada. Te contamos todos los detalles.
El príncipe Carlos Felipe, de 32 años, el único hijo varón de los reyes de Suecia, se ha casado con Sofia Hellqvist, de 30. Una relación que comenzó con polémica, ya que ella era una excamarera y exconcursante televisiva, a quien ha convertido en princesa y duquesa de Värmland. Es decir, que de nuevo se repite el cuento de Cenicienta, una chica de origen humilde se casó con su príncipe. Ahora veremos si serán felices y comerán perdices.
A Sofía se le vio muy emocionada. Vestida con un traje de encaje, diseño de la modista sueca Ida Sjösterdt, que recordaba al que lució Kate Middleton el día de su boda. Así abandonó la capilla del palacio real de Estocolmo del brazo de su príncipe, Carlos Felipe de Suecia que acudió a su boda vestido con el uniforme de la marina sueca, como manda la tradición.
Barata y sin representación españolaLa de Carlos Felipe ha sido una boda low cost. Su coste, 650.000 euros, está muy por debajo del de las bodas de sus hermanas, Victoria y Magdalena. La boda reunió en Estocolmo a los re¬presentantes de la práctica totalidad de las casas reales de Europa, a excepción de la española. Por allí estuvieron Máxima de Holanda, que acudió sola, como hizo Matilde Bélgica, Sonia de Noruega, todas reinas consortes, y también la reina titular Margarita de Dinamarca, que viajó a Estocolmo con sus hijos Federico y Joaquín y sus nueras, las princesas María. También estuvieron entre los invitados, los herederos de Noruega, Hakoon y Mette Marit, y la princesa Marta Luisa de Noruega y su marido Ari Bhen; así como Eduardo y Sofía de Wessex, en representación de la corona británica, y el príncipe Nicolás de Grecia con su mujer, Tatiana Blatnik.
La ceremonia fue oficiada por Lars-Goran Lönnermark, obispo emérito de Estocolmo, y Michael Bjerkhagen, capellán de la corte sueca y duró 30 minutos. Y hubo detalles muy llamativos, por ejemplo, la música religiosa o clá¬sica se sustituyó por piezas de Coldplay y de Rihanna y la marcha nupcial final a ritmo de gospel. Interesante, ¿verdad?
Y es que desde el primer momento, Carlos de Suecia ha demostrado que esta boda no sería convencional. Pues nada, solo nos queda decirles que sean felices y que disfruten de su nuevo estado.
