La princesa asegura que se siente «muy ilusionada, con muchas ganas y nervios» al llegar a la Academia Militar de Zaragoza.
La princesa Leonor de Borbón ha ingresado este jueves 17 de agosto en la Academia Militar General de Zaragoza, en la que pasará los siguientes tres años de su formación. Este período corresponderá a su formación militar como futuro Mando Supremo de las Fuerzas Armadas.
La llegada al edificio se ha hecho por separado. La Casa Real ha acudido después del resto de futuros compañeros de la Princesa de Asturias para así poder preservar su intimidad. La revista Lecturas ha logrado captar a la infanta vistiendo un look informal, consistente en camisa azul y vaqueros y zapatillas blancas. No se apreciaba rastro de maquillaje en su rostro y llevaba el pelo recogido en una coleta.
Aunque no ha concedido una rueda de prensa como tal, la heredera al trono ha respondo vagamente a alunas de las preguntas de los periodistas que se habían arracimado en la capital de Aragón para recibirla. «Tengo muchas ganas«, ha dicho. «Y muchos nervios también». El comentario ha arrancado una sonrisa al rey Felipe, que ha añadido que es inevitable tener «algo de nervios» antela novedad.
La infanta ha accedido al recinto en calidad de cadete, al igual que los 612 candidatos que, como ella, dejaban atrás la vida civil para enrolarse en el Ejército de Tierra. Las próximas paradas las conforman la Escuela Naval de Marín (Pontevedra) y la Academia General del Aire de San Javier (Murcia).
El primer hito reseñable en la instrucción de Leonor llegará el 7 de octubre, durante la jura de bandera. Se cree que en ese momento estarán presentes sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia, que podrían presidir un hipotético acto en el que la princesa en solitario jurase la bandera, tan solo acompañada de la Familia Real y de representación del Gobierno.
La formación
Leonor accederá a las distintas escuelas en calidad de cadete, sin privilegios asociados. Por tanto, deberá someterse a los mismos exámenes que el resto de alumnos y estará sujeta a las mismas normas y restricciones, entre las que se encuentra un rígido código de vestimenta y la superación de unas pruebas físicas.
El código de vestimenta prohíbe llevar piercings o collares y pendiente de tamaño superior a unas perlas. Si se decide portar horquillas, estas deben ser del mismo color que el pelo. La infanta también se verá obligada a dejar atrás prácticas como la manicura y el maquillaje con el que adorne su rostro solo podrá ser de temática de camuflaje.
Al margen de las restricciones estéticas, la princesa también deberá enfrentarse a unas rigurosas pruebas físicas, que consisten en completar una carrera continua de 45 minutos, realizar un mínimo de 18 flexiones seguidas y un examen acuático de 50 metros en estilo libre.
