Raquel Bollo: quemaduras de primer grado en la cara por accidente doméstico. La colaboradora de Sálvame Raquel Bollo ha sufrido un accidente doméstico en su casa mientras trataba de avivar el fuego de una chimenea, con tan mala suerte que un fogonazo le saltó a la cara y le ha llegado a provocar quemaduras de primer grado. Uno de los tres hijos que tiene también estaba en casa en ese momento con lo que a él también le alcanzaron las llamas, pero por suerte sus heridas son solo leves. La cosa podría haber acabado aún peor de cómo lo hizo, pero aún así para Raquel, que se recupera cuidando de sus heridas, fue un verdadero susto.
Una de las colaboradoras de Sálvame, Raquel Bollo, ha sufrido un accidente doméstico en su casa de Sevilla cuando pretendía avivar un poco el fuego de la chimenea. Según cuentan los compañeros de Raquel del programa, ella solo quería intensificar un poco más el fuego, y para ello echó queroseno, con lo que aquello empezó a arder y recibió un gran fogonazo en la cara.
Según ha dicho otra de las colaboradoras de Sálvame, Lydia Lozano, por suerte, en el momento de la llamarada Raquel Bollo cerró los ojos lo que le ha librado de quedarse ciega. Aún así, las llamas la alcanzaron de lleno con lo que tiene quemaduras en los párpados, las cejas, el pelo… que según ha indicado el médico son de primer y segundo grado.
En el momento del accidente, estaba en casa su hijo Samuel, fruto de su relación con Semi, pareja con la que rompió ya hace unos cuantos meses. Por suerte al pequeño no le alcanzó el fuego tanto como a su madre y solo tiene quemaduras leves, aunque seguro que el susto que ha pasado es igual o peor que el de su madre.
La gran amiga de Isabel Pantoja, la cual dice que facturó 18 millones de euros en 11 años, trató de actuar ante la situación lo más rápido que pudo y apagó las llamas que la alcanzaron a ella y luego se dio cuenta de que su hijo también estaba allí, con lo que consiguió apagarle las llamas con sus manos y le sacó fuera de la casa.
La propia Raquel llamó al programa Sálvame y contó a sus compañeros lo ocurrido con la voz entrecortada, llorando y dando las gracias por el apoyo de todos. Dijo que estaba nerviosa pero que podía haber sido peor, algo que solo la tranquilizó en parte ya que no paraba de pensar en que a su hijo le podría haber pasado algo peor y que no se lo habría perdonado. “No se me quita la imagen de mi niño, no se me quita” les decía a sus compañeros entre lágrimas.
Fue un susto muy grande pero al menos el niño está bien y el médico le ha dicho a Raquel que aunque el proceso sea lento con paciencia se recuperará.
