Consejos para evitar accidentes en piscinas con niños

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Las piscinas son una de las mejores alternativas a la hora de combatir las altas temperaturas, ya que evitan por completo el riesgo de que los niños pequeños se pierdan entre la multitud de las playas. Sin embargo, esto no quiere decir que no se deban extremar las precauciones, ya que un pequeño despiste puede darnos el susto de nuestra vida. Te damos los mejores consejos para evitar accidentes en piscinas con niños, para que disfrutes al máximo de tu verano con la mayor seguridad.
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Acompáñalo siempre

Cuando un niño entra a la piscina es indispensable que lo acompañe un adulto, especialmente si son muy pequeños. Serás la encargada de enseñarle que sólo puede jugar en la zona de niños y que a la parte profunda sólo podrá acceder cuando sea mayor, ya que es peligrosa para él.
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Ponle manguitos de su tamaño

En el caso de familias con más de un hijo es muy habitual que compartan entre sí sus manguitos y flotadores, pero esta inocente decisión aumenta el riesgo de sufrir accidentes. En el caso de que los flotadores sean más grandes de lo necesario puede provocar que se cuelen por el agujero y se queden enganchados, y en el caso de que sean más pequeños no asegurará el mantenerlos a flote.
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Cuidado con la digestión

Meter al niño en el agua tras comer es un grave error que puede causarle un corte de digestión. Hay personas que afirman que esto no sucede siempre y cuando el cambio de temperatura no sea demasiado brusco, pero sin duda es mejor prevenir que curar. Procura esperar 4 horas para que su cuerpo haya podido digerir por completo todo lo que haya comido.
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Caminar en los bordes

Los bordes de las piscinas suelen estar mojados y son muy resbaladizos, por lo que debes indicarle que siempre que esté cerca de la piscina debe ir caminando y no correr en ningún caso. Además, puedes comprarle unas chanclas especiales para este tipo de suelos y así evitar también el peligro de que puedan contraer algún tipo de hongos en los pies.
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Utilizar las escaleras

Lanzarse directamente a la piscina puede hacer daño en la barriga al pequeño, así que lo mejor es que entre por la escalera y siempre poco a poco. Con esto también conseguirás que la impresión del cambio de temperatura no sea tan fuerte y pueda elegir por sí mismo el ritmo que necesita para introducirse por completo.
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Enséñalo a nadar

Una vez haya adquirido estos buenos hábitos, lo ideal es que lo enseñes a nadar. Para ello puedes apuntarlo a un gimnasio especializado, ya que en verano suelen hacer muchos cursillos dedicados a los niños. Aprender a nadar no sólo le asegurará salir ileso en caso de accidente, sino que aprenderá a relajarse en el agua y a perderle el miedo por completo.
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