Buenas razones para tener hijos

Ha llegado el momento de plantearos si deseáis tener hijos. Es una decisión que necesita ser meditada y reflexionada por la pareja porque tener hijos es una gran responsabilidad de vida. Pero además de esto, tener hijos es una gran satisfacción personal indescriptible para las madres y padres que se lanzaron al gran reto de criar y cuidar a sus pequeños. Si aún no lo tenéis claro, apuntad estas buenas razones por las que tener hijos.

Una experiencia única en la vida

Convertirse en mamá y papá es una de las experiencias más inolvidables de la vida. Ese momento en que por fin conoces a tu hijo o hija, en que reconoces sus ojos, sus manos y sus pies, sus primeras palabras, su primer amor, su graduación…. Todas las etapas de la vida de los hijos os llenarán de alegría y emoción, mientras os ayudarán a crecer como personas y a cambiar por completo vuestra actitud de vida.

Crecimiento personal

El cambio de vida que se experimenta cuando se tienen hijos es una inyección de madurez que aporta un profundo crecimiento personal. El simple hecho de decidir hacer crecer una familia con un pequeño que necesitará de vuestro amor y cuidado durante toda su vida es un paso importante de madurez. Hacerlo y de verdad criar a una hija o un hijo con responsabilidad, amor y ternura os permitirá crecer como personas y como pareja.

Compañeros para toda la vida

Los hijos son compañeros de por vida, al igual que los padres. Es cierto que las necesidades vitales de un bebé pueden llegar a ser agotadoras, sobre todo en el caso de los padres primerizos, pero el hecho de desarrollar el instinto de protección, aprender a amar incondicionalmente a otros y mantener constante la atención a las necesidades de un hijo supone un lazo de amor que siempre llevaréis en vuestro corazón.

Mientras enseñas, aprendes

La necesidad de ser buenos padres y madres nos lleva a darnos cuenta de lo mucho que llegamos a aprender de nuestros hijos mientras tratamos de enseñarles. Aprender a ser más amorosos, a desligarnos de formas de educación aprendidas, a que la moral que hemos aprendido puede cambiar a mejor, a que podemos ser mejor personas mientras les enseñamos a serlo…. Son miles y miles los aprendizajes que los padres adquieren en el proceso de crianza de un hijo, lo que puede cambiar por completo la manera de entender la vida y de enfrentarse a ella. Es una enseñanza de vida.

Amor, amor y más amor

El goce de recibir el amor de los hijos, la alegría de sus primeras palabras, escuchar mamá y papá por primera vez, sus abrazos y besos, sus preguntas como si fueras la persona más sabia del mundo… El amor que recibiréis constantemente de vuestros hijos es indescriptible. Cada día de vuestras vidas tendréis momentos de alegría con ellos, momentos en que vuestro corazón se deshará, incluso cuando son mayores.

Una relación de pareja sólida

Es común escuchar casos en que parejas se separan tras tener hijos, pero hay que dejar a un lado la idea de que los hijos son la causa. En realidad, cuando una pareja se separa es porque su relación no ha funcionado durante mucho tiempo. Algunas parejas deciden tener hijos sin que su relación funcione plenamente o con problemas sin resolver que no llegan a afrontar. Pero los hijos nunca son el detonante de su separación, sino ellos mismos.

Cuando una pareja enamorada y estable tiene hijos, el hecho de unirse para criarlos como un equipo afianza mucho más la relación, creando un vínculo fuerte en la pareja. No tengáis miedo a enfrentaros a tener hijos, no os deteriorará, siempre y cuando tengáis una actitud de aprendizaje y responsabilidad y decidáis pedir ayuda cuando lo necesitéis.

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