Celulitis ocular u orbitaria: causas, síntomas y tratamiento

La celulitis, una infección bacteriana, puede afectar no solo a la piel, también a los ojos. La celulitis ocular, atendiendo a las definiciones médicas, se pueden clasificar en dos tipos: celulitis orbitaria y preseptal. La celulitis orbitaria puede afectar a toda la órbita y suele venir acompañada de inflamación de los ojos o párpados y de dolor al moverlos. Se considera una celulitis más severa que la preseptal, la cual suele afectar a los tejidos blandos del párpado.

Síntomas

Los síntomas más frecuentes de la celulitis orbitaria son inflamación, acompañada de dolor, de los párpados, una molestia que se puede extender a la zona de la mejilla; problemas de agudeza visual, dolor al mover el ojo, malestar general, episodios de fiebre, y enrojecimiento del párpado.

Causas

La celulitis ocular, además de afectar a los ojos, puede extenderse a otras zonas de la cara, como la nariz. Entre las principales causas que pueden estar detrás de la celulitis orbitaria está la sinusitis, y las bacterias responsables como la Haemophilus influenzae, frente a la cual ya se cuenta con una prevención eficaz, la vacuna HiB. Las bacterias estafilococos y estreptococos también pueden estar detrás de la celulitis orbitaria. No hay que subestimar tampoco la presencia de orzuelos o alguna lesión en los párpados producida, por ejemplo, por una picadura de insecto.

Tanto la celulitis orbitaria como la preseptal son más frecuentes en niños que en adultos. En concreto, la celulitis preseptal se suele producir en lactantes, siendo la causa más frecuente la extensión de una infección superficial. Por su parte, la celulitis orbitaria es más frecuente en los niños preadolescentes, siendo la sinusitis la casa más común.

Es importante consultar al médico si sospechamos de algún síntoma o en caso de duda, ya que una de las características de la celulitis ocular es que se puede extender muy rápido. En los casos más severos puede afectar a la visión o al sistema nervioso central.

Tratamiento

El médico prescribirá un tratamiento a base de antibióticos, pudiendo recurrir también a algunos remedios naturales para ayudar a mitigar los síntomas. En algunos casos puede ser necesario realizar una pequeña cirugía para drenar o para aliviar la presión del ojo.

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