Depresión endógena y reactiva: Conoce las diferencias

La principal diferencia entre la depresión endógena y reactiva está en el detonante u origen de la enfermedad. Melancolía, tristeza, pérdida de apetito, problemas de insomnio… son algunos de sus signos más comunes. La depresión es un trastorno mental que además suele venir acompañado de manifestaciones físicas.

La depresión es mucho más que una alteración del estado de ánimo o una respuesta emocional ante una situación puntual. Cuando los síntomas de la depresión se intensifican y mantienen en el tiempo pueden interferir seriamente en el desarrollo de las actividades cotidianas. Pero no todas las depresiones son iguales.

Depresión endógena y depresión reactiva

Los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra, y de hecho, hombres y mujeres padecemos depresión por motivos distintos. Así, diversos estudios han constatado que las mujeres somos más vulnerables a las frustraciones afectivas y relacionadas con los hijos. Los hombres, por su parte, tienden a gestionar peor los problemas profesionales y económicos. Atendiendo a las causas hay varios tipos de depresión:

  • La depresión endógena es una depresión biológica, motivada en la mayor parte de los casos por un desorden bioquímico cerebral, con una base hereditaria, y que aparece sin un motivo aparente. La melancolía invade la vida de quien la padece y se convierte en tristeza permanente o depresión.
  • La depresión exógena o reactiva situacional aparece tras un acontecimiento existencial duro (el fallecimiento de un ser querido, una ruptura sentimental, la pérdida de trabajo…).

Diferencias entre depresión endógena y reactiva

  • La depresión endógena es un ejemplo de cómo influye la herencia en la salud mental, ya que suele ser hereditaria.
  • Depresión y serotonina, la hormona de la felicidad, están estrechamente vinculadas. En la depresión exógena el descenso de sus niveles es una consecuencia de la enfermedad, mientras que en la depresión endógena la reducción de serotonina es causa de la depresión.
  • La depresión endógena y depresión reactiva comparten síntomas (tristeza, baja autoestima, bajo estado de ánimo, irritabilidad, cansancio…), pero con matices, porque por ejemplo, los episodios de llanto repentino son más frecuentes en la depresión reactiva o exógena. Los trastornos de sueño o de pérdida de apetito son más acusados en la depresión endógena.
  • Las depresiones endógenas se curan en el 90% de los casos gracias a los avances de las terapias psicológicas y farmacoterapias, según datos médicos, siendo su tratamiento en muchos casos menos complicado que en la depresión reactiva.
  • La depresión endógena se vuelve crónica de forma más frecuente, al igual que las recaídas.

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