Dispepsia: Síntomas, causas y tratamiento

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La dispepsia es una molestia gástrica o estomacal mucho más frecuente de lo que pensamos. Reconocer sus síntomas es la mejor forma de adelantarse al diagnóstico y al tratamiento. Pero, ¿cuáles son sus causas?, ¿qué hacer si aparece? Vamos a ver más detenidamente todos los aspectos de una patología que requiere ser tratada.
 
La dispepsia se manifiesta en forma de dolor, de mayor o menor intensidad, en la zona superior del abdomen (zona epigástrica o estomacal). Una molestia que puede llegar acompañada de hinchazón, distensión abdominal, náuseas o saciedad rápida tras las comidas. Los síntomas suelen ser intermitentes y no siempre están relacionados con la ingesta de alimentos.
 
Se considera que estamos ante un cuadro de dispepsia cuando se vuelve recurrente (más de un tercio de días) y dura más de cuatro semanas seguidas. Los síntomas se asocian al estómago y al intestino, si bien no hay una causa concreta que explique su aparición. Es decir, no se puede hablar de una causa orgánica o enfermedad asociada a la aparición de los síntomas de dispepsia. En cualquier caso, no conviene subestimar los síntomas de una patología que, según datos médicos, afecta a una de cada tres personas.
 

Dispepsia: causas

Aunque se desconoce la causa exacta, las hipótesis médicas se decantan por una cierta predisposición genética. Asimismo, la bacteria Helicobacter Pylori, la cual se localiza en el epitelio gástrico, también puede provocar dispepsia, aunque no siempre. Algunos pacientes también presentan, dentro de su cuadro de síntomas, alteraciones en la motilidad gastrointestinal o digestiva y vaciamiento gástrico.
 

Dispepsia: diagnóstico y tratamiento

Para un diagnóstico certero, el médico realizará una exploración física y una historia clínica. También se suele realizar un test de aliento, un análisis de sangre o una muestra en heces, para detectar o descartar la presencia de la bacteria Helicobacter Pylori. Si los síntomas no remiten con el tratamiento, o incluso se agravan (vómitos, anemia, sangrado digestivo, dolor abdominal continuo o dificultad al tragar) puede ser necesario realizar una endoscopia.
 
El tratamiento de la dispepsia comienza revisando la dieta, para eliminar en la medida de lo posible las grasas y los condimentos. También conviene evitar el café, el alcohol y, si tomamos medicamentos, consultar antes al médico. Además, hay que beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, y en casos de sobrepeso u obesidad se recomienda adelgazar.
 
En cuanto al tratamiento farmacológico lo más común es prescribir omeprazol junto con domperidona. Además, si se detecta la presencia de la bacteria puede ser necesario tomar amoxicilina, claritromicina (antibióticos) y omeprazol.
 
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