La hipermenorrea o menorragia se puede definir como un excesivo sangrado menstrual. No debe confundirse con la denominada hemorragia por disrupción, caracterizada por el sangrado entre periodos, u otros trastornos del ciclo menstrual como la polimenorrea o dismenorrea. Las alteraciones del ciclo menstrual no deben ser subestimadas, ya que no siempre son las responsables las hormonas. Ante cualquier duda, lo mejor es consultar al ginecólogo. Conocer los síntomas, no obstante, siempre resulta de gran ayuda.
¿Cuándo se considera excesivo el sangrado? Cuando se produce una significativa variación en el patrón menstrual de la mujer. Lógicamente, la menstruación varía en cada mujer, pero suele considerado que el sangrado es anormal cuando dura más de siete días, cuando se producen en intervalos de menos de 21 días, cuando se produce sangrado con coágulos, o cuando la pérdida de sangre supera los 80 mililitros (por ejemplo, empapar un tampón o una compresa cada hora). Además de durar más, la menstruación también puede ser más dolorosa en estos casos. Otro síntoma que no conviene pasar por alto es una sensación mayor de fatiga y, en ocasiones, la falta de aire (puede ser también un síntoma de anemia, provocada precisamente por el sangrado excesivo).
Las causas En la lista de posibles causas se incluyen las alteraciones hormonales, una disfunción de los ovarios, las patologías uterinas, la patología endometrial y las infecciones pélvicas, así como los fibromas y pólipos. Al igual que sucede con otros problemas de salud, algunas mujeres pueden tener una mayor predisposición a padecer hipermenorrea. En concreto, en aquellas mujeres que están entrando en la etapa de la menopausia, mujeres con problemas de obesidad o mujeres con un historial médico de trastornos hereditarios de sangrado.
Diagnóstico y tratamiento En presencia de una anomalía del flujo menstrual, el médico, después de un examen ginecológico y de estudiar el historial médico de la paciente, puede prescribir algunas pruebas adicionales para certificar la causa del trastorno, especialmente si se sospecha de la presencia de anormalidades uterinas u otras enfermedades.
El tratamiento más eficaz, por supuesto, es el que pretende resolver la causa de la anomalía menstrual. Así, en función de cada caso, será necesario prescribir una determinada terapia farmacológica o quirúrgica. Cuando el exceso de flujo es causado por un desequilibrio de las hormonas, el médico puede prescribir la píldora anticonceptivo, una pastilla que regula el equilibrio hormonal y el ciclo menstrual. En caso de que la pérdida de sangre haya provocado un descenso del hierro, o de otros nutrientes, será necesario realizar una análitica de sangre para la prescripción de los suplementos específicos.
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