Miedo a perder el control: Qué hay detrás de este miedo y soluciones

El miedo a perder el control es un trastorno emocional característico de las personas ansiosas o con rasgos obsesivos. Miedo a no tener el control sobre los pensamientos, impulsos o actitudes y que puede desvelar un problema de autoconfianza y seguridad en uno mismo.

El temor a perder el control puede aparecer en una situación puntual, inesperada, pero también puede convertirse en fobia si no aprendemos a gestionar las emociones. El estrés, las situaciones intimidantes o el temor a tener un ataque de pánico pueden actuar como desencadenantes. ¿Cómo superar el miedo a perder el control?

El miedo a perder el control por ansiedad

El miedo a perder el control es un miedo irracional que surge cuando se padece ansiedad, pensamiento negativo que provoca temor y que puede volverse recurrente. Esta sensación de miedo genera tensión, lo que a su vez aumenta la ansiedad.

El miedo excesivo o fobia, combinado con una ansiedad elevada, puede interferir seriamente en la vida cotidiana, al mantenerse en estado de alerta para evitar las situaciones que despiertan los pensamientos obsesivos y el miedo a perder el control y hacer daño.

¿Cómo eliminar el miedo a perder el control?

El temor a perder el control es una respuesta o impulso emocional al ponernos siempre en lo peor ante situaciones próximas o imaginadas. Una respuesta motivada por la interpretación errónea de las señales. Aunque la persona sea consciente de que el temor es irracional, solo el dejarse atrapar por el pensamiento o imaginar cómo enfrentarse a la situación puede provocar un ataque de ansiedad o pánico.

Para eliminar el miedo a perder el control el primer paso es reconocer los síntomas físicos de la ansiedad (aceleración del ritmo cardíaco, respiración agitada, aumento de la temperatura corporal, contracción de músculos…) e identificar la situaciones o pensamientos que nos generan miedo a perder el control.

Respirar profundo para escapar mentalmente y ayudar a controlar la ansiedad en cualquier situación. Cierra los ojos e inhala durante 4 segundos; mantén el aire en los pulmones unos segundos y expúlsalo lentamente. Repite el ejercicio hasta que notes como el cuerpo se relaja.

Pequeños trucos para mantener el control de lo que decimos y hacemos. Es preferible recurrir a un mecanismo de escape rápido que dejarse llevar por la tensión y la ansiedad, como respirar profundo o salir un minuto a tomar el aire para evitar reacciones impulsivas.

Mantener la mente ocupada es la mejor manera de evitar las ideas obsesivas y los temores recurrentes. Desde salir a dar un paseo a escuchar tu canción favorita. Y para relajar la mente y el cuerpo, las técnicas de mindfulness.

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