Mindfulness: 10 mitos sobre la atención plena

El mindfulness es una práctica sencilla que reporta interesantes beneficios a nivel físico y emocional, siendo una de las más importantes el ayudar a mejorar el estado de ánimo y disminuir la ansiedad, el estrés y depresión. Pese a ello, el mindfulness o la atención plena al momento presente, también está rodeado de mitos y falsas creencias que se traducen en practicarlo de manera incorrecta. Descubrimos cuáles son los 10 ideas erróneas más extendidas

1. Hay que poner la mente en blanco para meditar

Nuestro cerebro está diseñado para pensar, así que si tratamos de bloquear los pensamientos éstos se harán más intensos. El mindfulness, de hecho, lo que propone es una atención plena a cada pensamiento o sensación, dejando que fluyan, sin permanecer en ellas.

2. Se trata de una experiencia trascendental

El mindfulness se basa en vivir el presente, el aquí y ahora. Lejos de ser una experiencia mística, persigue ser plenamente conscientes del momento presente.

3. Hay que practicar mucho para obtener beneficios

Todo lo contrario, porque los beneficios del mindfulness son inmediatos. No hay más que probar a sentarse en un entorno relajado y respirar con calma para sentirse mejor.

4. Hay que ser budista o yogi

El mindfulness es una herramienta idónea para cualquier persona, no hay que tener ningún tipo de creencia mística o religiosa. Por otro lado, se puede hacer yoga y mindfulness, son totalmente compatibles.

5. No tengo tiempo

Responde con sinceridad, ¿de verdad no tienes 10 minutos al día para dedicarte a ti mismo? Seguro que si repasas las últimas 24 horas encontrarás un hueco para centrarse en algo tan beneficioso como relajar tu mente.

6. El mindfulness es sinónimo de alegría

No exactamente, porque es cierto que la práctica del mindfulness nos ayuda a ser más felices al vivir de manera más intensa los momentos presentes, los buenos y los malos. Para sentirnos mejor con nosotros mismos es importante aprender a vivir y a aceptar los momentos tal y como vienen, sin intentar aparcar emociones porque eso hará que nos las canalicemos correctamente.

7. Ayuda a pensar en positivo

El mindfulness lo que realmente persigue es evitar los juicios de valor sobre las situaciones o emociones que sentimos. Lo que sí ayuda es a pensar de manera objetiva y a aprender a gestionar las emociones sin que nos bloqueen y nos impidan vivir el momento presente de manera plena. Se trata de experimentar y aceptar.

8. Hay que dedicarle mucho tiempo

En absoluto, el mindfulness podemos ponerlo en práctica en cualquier momento y lugar, ya que se basa en prestar atención a lo que se está haciendo en ese instante, ya sea leer, cocinar, pasear, estar tumbado… Bastan 10-15 minutos al día para conseguir beneficios.

9. El mindfulness funciona como terapia psicológica

En absoluto, el mindfulness no puede ser considerado un sustituto de los tratamientos psicológicos o farmacológicos cuando se ha diagnosticado un problema o trastorno de salud mental. En estos casos, siempre hay que seguir los consejos médicos.

10. No es apto para las personas nerviosas o inquietas

Esto es una excusa, porque precisamente el mindfulness puede ser una herramienta que nos ayude a ser más productivos y a sacar el máximo rendimiento a nuestro potencial.

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