Sepsis: Infección tan frecuente como poco reconocida

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Sepsis: Infección tan frecuente como poco reconocida. Una enfermedad cuyo diagnóstico precoz es esencial para aumentar la eficacia del tratamiento. La sepsis se produce cuando el organismo, ante una infección, daña sus propios órganos y tejidos ocasionando severos daños (shock, fallo multiorgánico). Aunque su nombre, sus causas y sus consecuencias son menos conocidas que las de otros problemas graves de salud, como el cáncer o los infartos de miocardio, su incidencia es mayor.
 
La sepsis, una enfermedad que también conmemora su Día Mundial para recordarnos la importancia de su diagnóstico precoz y su tratamiento. Pero, ¿qué es la sepsis? ¿Cuáles son sus causas? ¿Es grave? Son algunas de las preguntas que surgen de entrada ante una de las infecciones más frecuentes pero menos reconocidas. Y es que la sepsis, en términos médicos, se puede definir como una reacción del organismo que, ante una infección, destruye sus propios tejidos y órganos. Una infección, por ejemplo, localizada en el pulmón, si sobrepasa los mecanismos de defensa puede entrar en el torrente sanguíneo, lo que conduce a una respuesta inflamatoria de todo el cuerpo. Esto, como hemos señalado anteriormente, puede tener consecuencias graves para la salud, con riesgo de muerte, si no se trata a tiempo. Su incidencia en nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, se sitúa en los 360 casos al año por cada cien mil habitantes, una cifra que en los casos de sepsis graves se sitúa en los 104 por cada cien mil habitantes y en los más graves (shock séptico), en 31 de cada cien mil habitantes.
 
Una infección cuya incidencia, tal y como subrayan los especialistas, es mayor que otras enfermedades como el cáncer, los problemas cardiacos o cerebrovasculares, a los que sí prestamos más atención. De hecho, el Manifiesto Mundial sobre la Sepsis se marca como objetivo reducir al 20% la tasa de prevalencia en el año 2020.
 
Hay múltiples factores que explican el aumento de los casos de sepsis, entre otros el aumento de la esperanza de vida (mayor envejecimiento), el incremento de las intervenciones quirúrgicas de alto riesgo que se realizan en todos los grupos de edad y el desarrollo de infecciones provocadas por gérmenes cada vez más virulentos y resistentes. Pese a los avances en medicina (vacunas, antibióticos, cuidados de urgencia), la sepsis sigue siendo la causa más frecuente de muerte hospitalaria por infección. La tasa de mortalidad se asocia a su vez a diversos factores, entre ellos la gravedad, el tipo y foco de infección, así como la edad del paciente (las personas mayores son las más vulnerables).
 

Tratamiento con antibióticos

Los síntomas más comunes de esta patología son fiebre y dolor. Para su tratamiento, el más efectivo es el antibiótico, el cual debe administrarse en un plazo máximo de tres horas desde la aparición de la sepsis. Cuanto más rápido sea el diagnóstico, más efectivo.
 
Otros tratamientos de la sepsis, tal y como apuntan los especialistas, son la reanimación hemodinámica y la cirugía. El proceso de recuperación es importante para evitar la aparición de secuelas como dolor crónico, debilidad neuromuscular, estrés postraumático, depresión o deterioro cognitivo.

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