Viajar en avión: Prevenir cefaleas y trastornos neurológicos

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Viajar en avión: Prevenir las cefaleas y los trastornos neurológicos siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Neurología. Son los problemas de salud a los que podemos ser vulnerables a la hora de viajar en avión y que se pueden prevenir. Reducir los riesgos es tan sencillo como no olvidar hidratarse correctamente, sin esperar a tener sed, y evitar permanecer en la misma postura durante mucho tiempo. El estrés del viaje o el propio jet lag pueden provocarnos dolores de cabeza o cefaleas.
 
Si vamos a viajar en avión, forma elegida por cerca del 20% de los que se desplazan en sus vacaciones, podemos ser previsores y seguir unas sencillas recomendaciones saludables para que nuestro viaje trascurra sin problemas. Problemas en este caso relacionados con la seguridad del viaje en sí, sino con nuestra salud, ya que podemos ser vulnerables a padecer, sobre todo en viajes largos, dolores de cabeza o cefaleas, así como otros trastornos neurológicos como convulsiones epilépticas, generalmente provocadas en este último caso por el estrés del viaje, cansancio y por olvidarse por tomar la medicación. Consumir alcohol o drogas también aumenta los riesgos de sufrir un episodio epiléptico.
 
Riesgos que se pueden prevenir adoptando una serie de consejos y recomendaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

  • La premisa básica, la hidratación, sin esperar a tener sed.
  • Evitar estar demasiado tiempo en la misma postura.
  • Descansar o tratar de dormir antes, durante y después del trayecto, sobre todo si es demasiado largo.
  • Evitar las comidas copiosas, el alcohol y las bebidas carbonatadas.

Los dolores de cabeza, según los médicos, son más frecuentes en los viajes en avión por los cambios de presión atmosférica, los cuales influyen directamente en los niveles de oxígeno y en el flujo sanguíneo. La tendencia a padecer dolores de cabeza o episodios de migrañas lógicamente aumenta los riesgos, porque además se ven incrementados por los cambios de sueño y de comidas y la tendencia, en algunos casos, a automedicarse. No hay que dejar de lado el jet lag, uno de los factores que pueden desencadenar dolor de cabeza, aunque en este caso también influye la duración del viaje y la diferencia horaria entre el lugar de origen y de destino.
 
Además de los dolores de cabeza, viajar en avión también puede ser un desencadenante de un problema neurológico como las crisis convulsivas o crisis epilépticas, las cuales también pueden darse en pacientes que no están diagnosticados de esta patología. En estos casos, generalmente, la deshidratación y el cansancio también intervienen, aunque suelen deberse al estrés del viaje, a un olvido en la toma de medicación, al cansancio o al consumo de alcohol. En estos casos, ¿qué hacer? De entrada, mantener la calma, tratar de no mover al paciente y de evitar que se golpee en la cabeza durante la crisis y no introducirle nada en boca.
 

Síndrome de la clase turista

Otro de los problemas que se puede prevenir a la hora de realizar un viaje en avión demasiado largo es el denominado síndrome de la clase turista, el cual puede tener consecuencias para nuestro cuerpo debido fundamentalmente a que se tiende a permanecer demasiado tiempo en la misma postura. Uno de estos riegos, que no obstante no suele ser habitual, es padecer un ictus isquémico durante el viaje.

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