Harper Seven Beckham: Manos y pies de oro. La princesita de los Beckham no ha dejado de llenar páginas y páginas desde que nació. Algo que la verdad ya nos esperábamos desde que Victoria anuncio que tendría por fin una hijita y es que la recién mini celebrity es sin duda la niña mimada de la familia tanto de sus famosos papás como de sus tres hermanos varones. No obstante, todo el clan Beckham está tan emocionado con la llegada de Harper Seven que no han dejado de sorprendernos con sus públicas muestras de amor hacia la pequeña.
El domingo 10 de julio llegó al mundo la hija de David y Victoria Beckham. Una niña muy deseada que recibió el nombre de Harper Seven. Un nombre con un gran significado para la famosa pareja, tal y como el futbolista explicó a través de las redes sociales para que todos nos enteráramos y saliéramos de dudas, ya que desde que se conoció el nombre de la pequeña, no paró de especularse sobre los motivos de su elección.
Tras aclarar la elección del nombre, llegó la presentación oficial de Harper Seven en brazos de sus papás que no han dejado de comentar en Twitter su felicidad con la llegada de la niña. Tanto es así que David homenajeó a su hija luciendo en uno de sus partidos unas botas rosas en las que podía leerse el nombre de sus cuatro hijos. Pero esto no es todo, David que luce varios tatuajes en su cuerpo en honor a sus hijos y a su mujer, ha añadido uno más dedicado a su princesita.
Innumerable muestras de lo contentos que están los Beckham y a la que se suma un lujoso recuerdo: una replica en oro de las manos y los pies de Harper. Un capricho que les ha costado más de 1.100 euros a la pareja pero que han querido tener ya que según ha explicado un amigo de la familia al diario The Sun, ‘Harper es una niña tan bonita y preciosa que querían tener un recuerdo físico de cómo es ahora, tan sólo unas semanas después de su nacimiento’.
No obstante, los Beckham no son los únicos padres que deciden hacer moldes de las manos y los pies de sus hijos recién nacidos con el fin de tener un bonito recuerdo, aunque creemos que si son de los pocos papás que pueden permitirse que los moldes sean… ¡de oro!
