Dieta mediterránea y enfermedad vascular: ¿Cómo nos protege?

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Dieta mediterránea y enfermedad vascular: ¿Cómo nos protege? Sus múltiples beneficios, y los productos naturales incluidos en su pirámide, la convierten en una de las dietas más sanas e indicadas tanto para mantenernos bien por dentro como por fuera. No solo ayuda a nuestro organismo a mantener su equilibrio, sino que la dieta mediterránea está especialmente indicada para mejorar nuestra salud cardiovascular y la de nuestro cerebro. El papel de la alimentación es esencial para mantenernos sanos y activos.
 
Su pirámide alimentaria, basada en los productos naturales y donde no faltan verduras, frutas, legumbres, aceite de oliva,vino o pescado, la convierten en la mejor alidada y en el patrón alimentario para cuidarnos por dentro y por fuera. Las propiedades de la dieta mediterránea están sobradamente constatadas, y sus beneficios son múltiples para nuestro organismo y para la prevención de enfermedades. Como ya sabemos, aunque no siempre sigamos el consejo médico, la alimentación es una de las piedras angulares de nuestra salud. Y la dieta mediterránea no solo nos ayuda a regular nuestro organismo, mantener activas nuestras defensas o a proteger nuestro corazón, sino que también es la mejor aliada para prevenir la enfermedad vascular, a lo que se suma que estamos fortaleciendo nuestra memoria.
 
Y es que una dieta equilibrada, acompañada de unos hábitos como el mantener los horarios de comidas o evitar la carne roja, son un buen protector para las venas microcerebrales o pequeños vasos sanguíneos del cerebro, tal y como ha constatado el último estudio sobre la relación entre dieta y enfermedad vascular. Durante el estudio, además de analizar y valorar el tipo de dieta de los pacientes, también se midió, a través de escáner, el volumen de hiperintesidad de la materia blanca, el marcador del daño cerebro. Así, esta hiperintesidad fue mucho menor entre los que seguían las recomendaciones de la dieta mediterránea y los que no. También se tuvieron en cuenta otros factores como el hábito de fumar, el nivel de colesterol o la hipertensión. Estos dos últimos también provocados en la mayoría de los casos por una alimentación poco equilibrada, como el exceso de sal o de alimentos ricos en grasas.
 
Tan importante como la dieta, para prevenir la enfermedad vascular es aconsejable realizar ejercicio físico. El sedentarismo favorece la enfermedad vascular, pero no se trata solo de un consejo médico, sino de una recomendación avalada por las cifras, como que el hecho de que practicar algún tipo de deporte o ejercicio moderado reduce hasta en un 40% las posibilidades de desarrollar una lesión cerebral. Nuestro cerebro es uno de los órganos más importantes, y al cual debemos prestar especial atención.

Los accidentes cerebrovasculares aumentan el riesgo de caídas y problemas de movilidad, así como de memoria. Por último, aunque no menos importante, señalar que las mujeres somos más propensas a sufrir un trastorno de este tipo, siendo el síntoma más recuente la arritmia o ritmo cardiaco anormal. Entre los factores de riesgo de sufrir una enfermedad vascular, la diabetes gestacional o la preeclampsia.

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