Los 10 principios de la alimentación intuitiva

La alimentación intuitiva es un tipo de alimentación consciente que tiene en cuenta la escucha del cuerpo de forma natural para dejar atrás las razones psicológicas o sociales que nos llevan a alimentarnos inadecuadamente. Es decir, biológicamente estamos preparados para alimentarnos de forma justa, no excesiva, pero los hábitos y condicionantes psicológicos y sociales nos han llevado a alimentarnos en exceso, creando cada vez más problemas de obesidad en la población.

Algunas investigaciones afirman que este tipo de alimentación intuitiva es mucho más eficaz en los procesos de pérdida de peso o adelgazamiento que muchas otras ‘dietas milagrosas’ basadas en la restricción de calorías que pueden provocar la llamada tumba metabólica, es decir, un efecto rebote que finalmente nos haga ganar más kilos, lo que influye negativamente en nuestro estado de ánimo y es perjudicial para nuestra salud física.

La alimentación intuitiva se basa en 10 principios que ayudan a comprenderla y entender cómo se hace eso de «escuchar el cuerpo», para establecer una relación saludable de nuestra mente y cuerpo con la comida, sin frustrarnos con dietas hipocalóricas que nos estresan y hacen daño a nuestro cuerpo.

1. Rechaza la dieta mental
El principio número uno se trata de dejar a un lado y rechazar todas aquellas dietas milagrosas que has probado una y otra vez y no te han funcionado. Se trata de dejar atrás falsas esperanzas y abrir la mente a comer intuitivamente, sin restricciones psicológicas y sociales que imponen las dietas rápidas.

2. Honra tu hambre
Alimentarte cuando tienes mucha hambre puede hacer que te des un atracón inncesario que afecte negativamente en tu peso, sobre todo si tienes problemas de obesidad. Por eso lo ideal es escuchar tu cuerpo y alimentarte cuando comiences a tener hambre, asegurándote de mantener la cantidad adecuada de energía y carbohidratos. Honrar tu hambre también significa entender cuándo estás saciada y permitirte identificar la saciedad y parar de comer cuando así sea. Come lo suficiente en las comidas principales y no tengas miedo de comer merienda si tu cuerpo te lo pide.

3. Haz las paces con la comida
Se trata de darle una tregua a la comida. Si te empeñas en prohibirte alimentos de forma extrema, puedes provocar una reacción psicológica totalmente contradictoria, donde todo el tiempo se te esté antojando ese alimento que decidiste no comer nunca más. Finalmente, muchas veces, se acaba cediendo al antojo de forma incluso excesiva, en forma de atracón, lo que provoca sentimientos de culpa abrumadores.

4. Desafía a tu Policía Interna de Alimentos
Deja de culparte por comer un alimento que consideras ‘malo‘ y de darte palmaditas si comes un alimento ‘bueno‘. Esa policía moralista sólo está al fondo de tu psique y te está destrozando creando sentimientos de angustia y acusaciones de culpabilidad. Combatir tu policía interna es un paso fundamental para aprender a alimentarse intuitivamente.

5. Respeta tu saciedad
Piensa que tu saciedad es tu plenitud, cuando ya estás satisfecho y en realidad no necesitas más. Escucha tu cuerpo y respeta cuándo está saciado y se siente cómodo y satisfecho.

6. Descubre el factor de la satisfacción
La cultura japonesa promueve el placer como uno de los objetivos de mantener una vida saludable. La obsesión por adelgazar hace que se pierda ese punto de satisfacción y placer, uno de los dones más básicos de la existencia humana. Si comes lo que realmente quieres y tu cuerpo te pide, en un ambiente acogedor y con calma, el placer que obtendrás es una fuerza tan poderosa que te ayudará a sentirte satisfecha y contenta sin necesidad de comer en exceso. Incluso, los que promueven la alimentación intuitiva, aseguran que cuando logras esto, te das cuenta de que en realidad necesitas comer mucho menos una vez que aprendes a decidir que has tenido ‘suficiente’.

7. Honra tus sentimientos sin usar comida
Muchas personas con problemas de obesidad tienden a utilizar la comida como modo de solucionar sentimientos. Honrar tus sentimientos sin utilizar la comida, se trata de encontrar formas de consolar, nutrir, distraer y resolver tus problemas sin usar los alimentos, entendiendo que la ansiedad, la soledad, el aburrimiento y la ira son emociones que todas las personas experimentamos a lo largo de la vida en varias situaciones. Encontrar otras maneras, te hará entender que la comida nunca soluciona nada que tenga que ver con tus sentimientos, si acaso puede consolarte a corto plazo pero nunca resolver el problema de raíz. El hambre emocional sólo te hará sentir mal contigo misma a largo plazo y no llegarás al fondo de las cuestiones a las que necesitas enfrentarte para solucionarlo y sentirte bien contigo misma.

8. Respete su cuerpo
Este principio se trata de aceptar tu genética. Tu cuerpo es como es y es absurdo tener la expectativa de ser de otro modo si tu genética no es así. Por ejemplo, si calzas un 39 es absurdo que esperes que algún día calzarás un 36 ¿no lo crees? Respeta tu cuerpo y siéntete bien con él y con quién eres. Tal como es tu cuerpo es bello en sí mismo.

9. Haz ejercicio
Parece muy repetido, pero no se trata de que te impongas una disciplina militar que nunca terminarás. Más bien es que seas activa. Cambia tu enfoque sobre las actividades que harás para mover tu cuerpo, dejando atrás el objetivo primordial de quemar calorías. Lo importante es que te sientas con energía y que te actives incluso en los pequeños momentos de tu día, como la forma en que te levantas por las mañanas. Si tu única razón para moverte es perder peso, lo normal es que el factor de motivación desaparezca, haciéndote cada vez más sedentaria.

10. Honra tu salud
Tu salud es tu meta en la vida, así que cuando hagas elecciones de alimentos, hazlo pensando en honrar tu salud y tu paladar para que te hagan sentir bien. No se trata de comer una dieta perfecta, sino de ir progresando poco a poco, de forma constante, hacia una alimentación que sea mucho más consciente con tu cuerpo y tu salud tanto física como emocional.

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