Jennifer Aniston ha enviado una carta abierta a The Hoffington Post en la que ha criticado duramente el acoso sufrido por la prensa del corazón. La estrella de Hollywood ha confesado “sentirse harta” de ella y de la forma en la que trata a las mujeres, ya que como medio de comunicación acaba convirtiéndose un referente de cómo deben ser tratadas por la sociedad.
Jennifer Aniston contra la prensa del corazón
La conocidísima actriz de Friends es uno de los objetivos más habituales de la prensa del corazón estadounidense. Continuamente debe enfrentarse al acoso diario de periodistas y fotógrafos quienes, no contentos con pedirle una fotografía, llegan al límite enfermizo de hacer cualquier cosa por conseguir una imagen, sin reparar en que ello puede suponer un peligro para su salud, la de su familia y la seguridad de los viandantes.
La gota que ha colmado el vaso de la actriz ha sido un rumor ya extendido sobre un supuesto embarazo suyo. Lo que realmente molestó a la estrella de cine es que esta noticia no derivó de un comentario suyo, sino del hecho de que comenzaron a sospechar de ello porque habían advertido un aumento de peso y su barriga estaba ligeramente más marcada. Lo realmente impactante ya no fue sólo que repararan en su cuerpo, ya que había sido escogida como una de las mujeres más bellas del mundo del 2016; sino que fue el descubrir “la cantidad de recursos” empleados en revelar si realmente estaba embarazada lo que la impulsó a pasar a la acción.
«Para que conste, no estoy embarazada. Lo que estoy es harta”, declaraba Jennifer Aniston. “Harta de este casi deporte de escrutinio y humillación física que sucede todos los días bajo la apariencia del periodismo, la Primera Enmienda y las noticias de famosos».
Ha hecho uso de su situación personal para hablar en un sentido más amplio sobre la cosificación continuada que sufre la población femenina. «La cosificación y el escrutinio al que sometemos a las mujeres es absurdo y perturbador. La manera en que yo soy retratada por los medios de comunicación es simplemente un reflejo de cómo vemos y representamos a las mujeres en general, que son calibradas frente a un retorcido estándar de belleza».
Son precisamente los estándares de belleza los culpables de enfermedades como la anorexia o la bulimia, además de los problemas psicológicos que sufren cientos de adolescentes al recibir tratos vejatorios por no coincidir con el canon establecido. La actriz ha expresado su gran repudio a este comportamiento, que no hace más que “deshumanizar” a las mujeres y valorarlas únicamente por su aspecto físico.
“Las mujeres estamos completas con o sin pareja, con o sin hijos. Tenemos que decidir por nosotras mismas lo que es hermoso cuando se trata de nuestros cuerpos. Esa decisión es nuestra y solo nuestra”, ha concluido la actriz.
