Cáncer de esófago: Síntomas, prevención y tratamiento

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Cáncer de esófago: Síntomas, prevención y tratamiento. El cáncer de esófago es el tumor maligno que se localiza, en la mitad de los casos, en la zona más cercana al estómago, es decir, en el tercio inferior del esófago, y suele diagnosticarse a partir de los 50. Los hábitos poco saludables, como una dieta desequilibrada, el hábito de fumar y el de tomar líquidos demasiados calientes que dañen la mucosa del esófago por calor, son algunos de los factores de riesgo que pueden estar detrás de este tipo de cáncer. Fumar, por ejemplo, multiplica los riesgos de dos a cuatro veces los riesgos.
 
El cáncer de esófago afecta directamente a la mucosa y, tal y como hemos señalado, se localiza, en la mitad de los casos diagnosticados, en el tercio inferior del esófago y en la zona de comunicación con el estómago. Le sigue, en prevalencia y por localización, el tercio medio y el tercio superior, en la zona de unión con la faringe. Estamos ante un tipo de tumor que se suele manifestar, en un primer momento, por la dificultad para tragar alimentos (disfagia), si bien esta dificultad cuando no es permanente se puede confundir con problemas en la deglución. A medida que las dificultades para comer aumentan, y alcanzan también a los alimentos líquidos, también se produce una pérdida de peso, motivada también por la falta de apetito, náuseas y vómitos. Otro de los síntomas que pueden aparecer son el mal aliento o el mal sabor de boca. En caso de aparecer cualquiera de estos síntomas, se debe consultar al médico para descartar que se trate de un tumor y, en caso contrario, confirmar el diagnóstico para iniciar, cuanto antes, el tratamiento más adecuado.
 
En ocasiones, cuando el tumor se extiende, también puede llegar acompañado de dolor en el pecho –cuando afecta al espacio entre los pulmones-, ronquera –cuando afecta a la faringe-, hipo o tos al tragar los alimentos.
 
¿Qué factores de riesgo están detrás de este tipo de cáncer? Tal y como explica la Asociación Española Contra el Cáncer, AECC, la edad sí es en este caso un factor de riesgo. De hecho, estamos ante un tipo de tumor que se suele diagnosticar a partir de los 50, siendo en este caso hasta tres veces más frecuente entre los hombres frente a las mujeres.
 
Los malos hábitos, al igual que sucede con la mayoría de los tumores, tienen mucho que ver, por ejemplo, el hábito de fumar –el cual puede multiplicar por dos y hasta por cuatro los riesgos-, las dietas desequilibradas –por ejemplo, el llevar una dieta pobre en frutas y verduras-, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas –cuando se combinan con el tabaquismo aumenta los riesgos de padecer cáncer de esófago por siete-, las bebidas calientes –aumentan el riesgo de lesionar la mucosa del esófago-, la infección por Virus del Papiloma Humano (VPH), y determinadas patologías benignas –esófago de Barrett, aclasia, membranas esofágicas o síndrome de Plummer-Vinson.
 
Evitar algunos de los factores de riesgo está en nuestra mano, como el de cuidar la alimentación, evitar los problemas de obesidad o la mala masticación por problemas dentales. El reflujo gastroesofágico, la subida del ácido del estómago al esófago, y que se puede producir por hernia de hiato, también es conveniente evitar y, si aparece, tratar.
 

Tratamiento

Dependiendo de la fase o estadio en el que se encuentre, y la extensión del órgano afectado, siempre que es posible se extirpa el tumor o la parte afectada del esófago. Extirpación que, en algunos casos, se puede hacer con láser. En función del diagnóstico, puede aplicarse radio o quimioterapia.

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