Del útero artificial al prototipo de incubadora doméstica: ¿Naceremos en el salón?

La ciencia explora como naceremos en un futuro donde el útero artificial y la incubadora doméstica podrían dejar de ser ciencia ficción.

¿Puede un útero artificial sustituir a uno real?, ¿podría una incubadora doméstica reemplazar al vientre materno? Un debate abierto en la comunidad científica, no exento de opiniones encontradas y connotaciones éticas, porque ¿dónde están, si los tiene, los límites de la ciencia?

Un útero artificial probado en ovejas

Lo cierto es que hay intentos para conseguirlo, como el útero artificial para bebés prematuros, un dispositivo desarrollado por investigadores del Hospital Infantil de Filadelpia (Estados Unidos), y cuyo estudio ha sido publicado en la revista Nature Communications. El reto, subrayan los autores, no es sustituir al útero durante el embarazo, sino desarrollar una alternativa para tratar a los bebés prematuros.

Un dispositivo en fase de investigación, a partir de una bolsa de polietileno, con el que aseguran haber logrado dar soporte durante cuatro semanas a un feto de cordero (por el ser que más se asemeja a un recién nacido prematuro de 23-24 semanas de gestación). Lógicamente es sólo un primer paso, pero este prototipo constata la velocidad a la que avanza la ciencia hacia un futuro que para unos es sinónimo de progreso y para otros todavía un imagen futurista.

Los investigadores prevén que en el plazo de 10 años los bebes prematuros podrán completar su desarrollo en cámaras con líquido amniótico artificial.

¿Una incubadora doméstica?

Curiosamente los úteros artificiales para bebés prematuros fueron el punto de partido de una intervención artística, realizada por estudiantes del Instituto de Artes de Arnhem (Países Bajos), que han querido ir incluso más allá con una incubadora doméstica que tendría la capacidad de desarrollar un futuro bebé por inseminación artificial. ¿Naceremos en el salón de casa?

El curioso prototipo de incubadora doméstica, a la que han llamado Par-tu-ri-ent, acogería al óvulo fertilizado para que el feto se fuera desarrollando hasta el momento de nacer. ¿Estamos dispuestos a esperar así la llegada de los bebés? La instalación no solo permite ver el seguimiento del supuesto bebé, sino que incorpora un micrófono para grabar sus sonidos y hasta un dispositivo para sentir sus latidos. Un concepto teórico que encierra muchas preguntas. ¿Cómo crees que será el futuro?, ¿realmente las máquinas controlarán la salud reproductiva?

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