Ducha con filtros de carbón activo: libre de cloro y metales pesados

Cada vez es más difícil gararantizar un agua de calidad debido a la degradación ambiental, incluso aunque se pongan los medios tecnológicos adecuados para potabilizar el agua. Lo cierto es que hay muchos factores que afectan la calidad del agua, lo que puede repercutir en nuestra salud, no sólo por tomarla, sino también en contacto con nuestra piel y fosas nasales. Por eso, las duchas con filtros de carbón activo son una buena opción para ducharnos con agua de calidad.

Sustancias que puede contener el agua

El primer compuesto que la mayoría del agua potable tiene es el cloro, que además de resecar el cabello y la piel, puede generar irritación, sobre todo en personas con pieles sensibles.

El agua también puede contener metales pesados debido a la corrosión de tuberías de las cañerías. Los más comunes son el plomo, el cadmio o el hierro, aunque también se pueden encontrar otros metales pesados como mercurio, cobre, manganeso e incluso aluminio, uno de los metales utilizados en algunas plantas potabilizadoras.

Además, el agua puede contener nitratos, bacterias o virus por algún proceso de contaminación del agua, flúor, partículas de suspensión como óxidos o partículas de tierra y compuestos volátiles, es decir, sustancias que se pueden vaporizar o salir en forma de gases contaminantes desde le flujo del agua. De hecho, uno de los casos más comunes de compuestos volátiles en las duchas es el cloroformo, que se suele utilizar como disolvente industrial y que se forma como subproducto consecuencia de la cloración del agua. Puede ser muy perjudicial al contacto con nuestra piel y fosas nasales cuando tomamos una ducha de agua caliente.

¿Para qué sirven las duchas con filtros?

Las duchas con filtros de carbón activo bloquean el paso de todas estas sustancias nocivas para la salud de nuestro cuerpo, gracias a la porosidad de este material que en contacto con el agua caliente se produce una superficie de carga positiva, lo que ioniza las partículas bloqueando su paso por la corriente de agua.

También, algunos filtros de duchas tienen resinas de intercambio de iones que producen un efecto de oxidación de algunos compuestos químicos, por ejemplo, convierten el cloro en cloruro o cloruro de zinc, lo que es menos perjudicial para nuestra salud.

¿Cada cuánto hay que cambiar los filtros?

Lo ideal, es que consigas una ducha con filtros de larga duración, es decir, entre 6 y 8 meses, ya que el carbón activo, aunque es un producto orgánico, es difícil de eliminar, por lo que comprando una ducha con filtro de larga duración contribuirás a cuidar el medio ambiente. En algunos países europeos los propios fabricantes recogen los filtros para procesarlos adecuadamente, pero en España aún no. Por eso, lo ideal es que puedas depositar el carbón activo en un punto limpio.

¿Dónde se encuentran las duchas con filtros de carbón activo?

Cada vez más las podemos encontrar en ferreterías especializadas, generalmente por pedido. También las puedes comprar online. Los precios pueden variar entre 25 y 150 euros.

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