EPOC: Espirometría, clave en el diagnóstico

espirometria
EPOC: Espirometría, clave en el diagnóstico. Una rápida y sencilla prueba para certificar o descartar de manera fiable el diagnóstico de EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Una patología que los médicos definen como silenciosa, lo que puede convertirla en un severo enemigo para nuestra salud sino se diagnostica y trata. Es importante no dejarse confundir por síntomas como tos crónica o dificultades para respirar, los cuales podemos atribuir erróneamente a otros problemas de salud cuando, en realidad, estamos ante la EPOC.
 
Y para resolver dudas y contar con un diagnóstico certero, en la actualidad contamos con una sencilla prueba, rápida, indolora y eficaz. Se trata de la espirometría, una prueba que los médicos y especialistas abogan por realizar a toda la población con riesgo de padecer EPOC o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, especialmente los fumadores y ex fumadores mayores de 40 años. La espirometría se ha convertido en una herramienta esencial para la prevención de una patología silenciosa y que, pese a su incidencia cada vez mayor, sigue siendo prácticamente una desconocida. De hecho, algunos de sus síntomas, como tos crónica o dificultades para respirar suelen confundirse con otros problemas, no prestándoles la debida atención.
 
¿En qué consiste exactamente una espirometría? Es tan sencillo como tomar aire y expulsarlo a través de una boquilla que está conectada a un tubo (neumotacógrafo), y que mide el volumen de aire que son capaces de mover los pulmones. Una sencilla prueba que permite diagnosticar la EPOC y adelantarse a las posibles complicaciones de sus síntomas, como problemas respiratorios severos.
 

EPOC: Qué sabemos de esta patología

La EPOC es una patología respiratoria caracterizada por la obstrucción de los bronquios y que, entre sus principales síntomas, se incluyen la disnea o falta de aire, la tos, una expectoración habitual y la tendencia a padecer de manera repetida infecciones respiratorias. La EPOC es una patología a la que se exponen, especialmente, los pacientes que fuman o han fumado, es decir, está directamente relacionada con la exposición al humo del tabaco. Por ello, la primera regla para prevenir esta enfermedad, la cual como veremos a continuación puede conllevar serios riesgos para nuestra salud, es dejar el hábito del tabaco. De hecho, los médicos estiman que el tabaco está detrás de nueve de cada diez casos de EPOC.
 
La EPOC se puede tratar y sus síntomas se pueden controlar, aunque es una enfermedad crónica. Si no se diagnostica a tiempo, puede mermar seriamente la calidad de vida del paciente ya que, entre sus consecuencias, está la de mermar la función pulmonar. Así, entre otras complicaciones que pueden presentar los pacientes no diagnosticados, y por tanto que no llevan el tratamiento correcto, son bronquitis crónica o enfisema pulmonar.
 
La EPOC es una patología cuya incidencia cada vez preocupa más. De hecho, las previsiones de la Organización Mundial de la Salud, OMS, no son nada halagüeñas, ya que estiman que en 2030 puede convertirse en la tercera causa de mortalidad en el mundo.
 

Tratamiento: Fisioterapia respiratoria

Además del tratamiento farmacológico –y el abandono inmediato del tabaco-, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España aconseja que los pacientes diagnosticados de EPOC reciban tratamiento de fisioterapia respiratoria. Así, entre los beneficios que puede reportar la fisioterapia se incluyen mejorar la calidad de vida del paciente reduciendo las recaídas y reagudizaciones de esta patología. Técnicas para enseñar a respirar o de higiene bronquial.

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