Escoliosis: ¿Por qué nos duele la espalda?

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Escoliosis: ¿Por qué nos duele la espalda? Más del 60% de la población padece ocasionalmente dolor de espalda, pero en algunos casos puede deberse a una desviación de la columna vertebral con convexidad lateral, hacia un lado o hacia el otro. Suele manifestarse en la adolescencia, y con una mayor prevalencia entre las niñas. Si tuviéramos que dibujar la curvatura que presenta la columna vertebral se parecería a una S o a una C. En algunos casos, la escoliosis puede ser hereditaria, aunque lo cierto es que en la mayoría de los casos todavía se desconocen las verdaderas causas.
 
El tratamiento para la escoliosis dependerá de la edad de aparición de la enfermedad, del ángulo de la curvatura y del tipo de escoliosis. En algunos casos bastará con las revisiones periódicas para vigilar si la curvatura mejora o empeora, mientras que en otros puede ser necesario recomendar el uso de un corsé o de cirugía, sobre todo en los casos en los que el paciente está todavía en edad de crecimiento.
 
¿Cuándo se puede decir que nuestra columna vertebral es normal? En líneas generales, cuando se ve recta tanto de frente como vista desde atrás. Recta porque la cabeza se centra sobre los hombros, los cuales están al mismo nivel; hay simetría de las caderas y misma distancia entre los hombros y el cuerpo a los distintos lados de la cintura. Por su parte, cuando la columna vertebral se curva en la zona torácica o lumbar estamos ante una señal clara de escoliosis. Una desviación de la columna que, aunque no siempre, sí puede cursar con dolor y provocar dificultades para respirar. Aunque suele manifestarse en la adolescencia, también puede hacerlo en otras etapas de la vida. Así, por ejemplo, la pérdida de calcio que acompaña a la osteoporosis, un problema mucho más frecuente entre las mujeres, también puede provocar escoliosis.
 

Escoliosis: Tipos y causas

La mayoría de los pacientes, más del 80% según datos médicos, que presentan desviación de la columna vertebral padecen la denominada escoliosis idiopática, es decir, por causas desconocidas. Suele tener un componente genético o hereditario, aunque no siempre. Por su parte, otro tipo de escoliosis, en los que sí se conoce su causa, es la provocada por un trastorno o enfermedad de los músculos o nervios, como por ejemplo, parálisis cerebral o distrofia muscular. Una malformación congénita de las vértebras durante el periodo del embarazo o la alteración de cromosomas, como en el síndrome de Down, también puede ser causa de escoliosis.
 
Al igual que en otros problemas de salud, el diagnóstico precoz también es fundamental. En este caso, una sencilla revisión inicial, es decir, examinar la espalda como uno de los cuidados que debemos prestarle, puede determinar si nuestra columna vertebral tiene problemas y, en caso de que así sea, evitar que se agrave la curvatura. No debe confundirse la escoliosis con una mala postura o con llevar demasiado peso en la mochila. Si repetimos la operación de examinar la espalda desde atrás, estos son algunos de los signos que pueden alertar de escoliosis: Tener una cadera más alta que la otra o un omoplato más alto, desnivel entre los hombros. La cabeza no aparece centrada sobre los hombros y existe asimetría de las caderas y diferentes distancias entre los hombros y el cuerpo a los distintos lados de la cintura.

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