Falta de ejercicio: ¿Mal hábito o enfermedad?

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Falta de ejercicio: ¿Mal hábito o enfermedad? Expertos en salud se decantan por catalogar el sedentarismo o la falta de actividad física como una patología, y no precisamente leve, ya que es la puerta de entrada a problemas de salud como la diabetes, la hipertensión, problemas en las articulaciones, sobrepeso u obesidad. Pero no es el único trastorno al que nuestra salud se volverá más vulnerable si renunciamos a movernos, principal argumento de los especialistas para considerar el sedentarismo como una nueva enfermedad.
 
Moverse poco resta años. Conocida la teoría, otra cosa es la práctica, y esto preocupa a los médicos y especialistas hasta el punto de considerar la catalogación del sedentarismo o la falta de actividad física como una enfermedad, y no solo como un hábito poco saludable. Así lo han solicitado, a través de un estudio publicado en The Journal of Physiology, los especialistas de la Clínica Mayo de Estados Unidos, partiendo del hecho constatado de que el sedentarismo está detrás y aumenta los riesgos de padecer sobrepeso, obesidad, diabetes o hipertensión arterial. Riesgos a los que hay que sumar los daños en las articulaciones, el incremento de la frecuencia cardiaca, pérdida de resistencia física, disminución del volumen sanguíneo o mayor debilidad de huesos y músculos (atrofia muscular).
 
Pero hay más, porque los autores de este último estudio también constatan que el sedentarismo no solo afecta a las personas diagnosticadas de obesidad, sino también a las que presentan un peso considerado normal. De hecho, el sedentarismo puede provocar cambios corporales, tanto metabólicos como estructurales, tal y como subrayan los especialistas. No padecer un problema de sobrepeso no significa que no seamos vulnerables a los trastornos de salud que puede conllevar la falta de ejercicio físico. Por ejemplo, el tener un trabajo sedentario, el pasar demasiadas horas delante del ordenador o de pie, tienen los mismos riesgos que la falta de actividad física.
 
Por lo tanto, y con todos estos argumentos encima de la mesa, los especialistas solicitan que el sedentarismo sea considerado como una enfermedad y tratado como tal, sobre todo si tenemos en cuenta que para algunos expertos los riesgos de la falta de actividad física pueden ser comparables a los efectos negativos del tabaco sobre nuestro organismo. Tratar el sedentarismo ayudaría, según los especialistas, a reducir los diagnósticos de patologías como la fibromialgia, el síndrome de taquicardia postural ortostática (el cual es conocido por sus siglas en inglés, POTS, siendo el elevado ritmo cardiaco uno de sus síntomas más comunes) o el síndrome de fatiga crónica, entre otros.
 
Los beneficios de la práctica de ejercicio físico son múltiples. Eso sí, si durante un tiempo prolongado no hemos realizado ningún tipo de ejercicio, a la hora de retomar el hábito debe hacerse de manera gradual y lenta, ya que si nos decantamos desde el primer momento por un tipo de actividad física que exija un alto rendimiento físico podemos padecer mareos, cansancio u otros tipos de malestar. Lo más aconsejable es empezar con una actividad moderada, como dar paseos de al menos media hora al día, y poco a poco, a medida que ganemos condición física, optar por otras modalidades deportivas.

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