Los 10 alimentos más peligrosos para la salud

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No todo lo que comemos es bueno para la salud. De hecho, algunos alimentos, por sus reacciones, pueden resultar perjudiciales. ¿Cuáles son los 10 alimentos más peligrosos para la salud? Te desvelamos cuáles son esos alimentos a los que conviene prestar más atención antes de incluirlos en nuestra dieta. Tomamos nota.
 
Somos lo que comemos, de ahí la importancia de prestar especial atención a la composición de los alimentos. No todos tienen los mismos efectos saludables para nuestro organismo. De hecho, como veremos, conviene evitar algunos en la medida de lo posible. ¿Cuáles son los alimentos más peligrosos para nuestra salud?
 

Alimentos peligrosos para la salud: la lista de los 10

  1. Aspartamo: ¿Sabías que al aspartamo es un edulcorante no calórico al que se relaciona con la aparición de las temidas migrañas, más que un simple dolor de cabeza, así como con posibles alteraciones visuales, episodios depresivos y convulsiones? El aspartamo, entre sus reacciones adversas, también se ha relacionado con los tumores cerebrales, siendo en este caso recomendable sustituir los edulcorantes artificiales por otros más naturales.
  2. Latas de comida: Los alimentos que se presentan en formato de latas (conservas, alimentos precocinados…) también tienen un hueco en esta particular lista de alimentos más peligrosos para la salud, y esto es debido a la exposición a los altos niveles de bisfenol A (material que se utiliza para elaborar las latas), un químico que, según diferentes investigaciones, puede alterar las hormonas y, con ello, aumentar la vulnerabilidad a padecer obesidad, enfermedades del corazón, cambios en el tejido mamario y problemas de salud reproductiva. La mejor alternativa, optar por preparar en casa directamente los platos de legumbres y verduras.
  3. Gluten: El gluten es una glicoproteína amorfa que se encuentra en la semilla de muchos cereales (trigo, centeno, cebada…). Su intolerancia aguda puede desembocar en la enfermedad celíaca, una patología autoinmune que se caracteriza por la inflamación crónica de la parte próxima del intestino delgado y que se manifiesta con dolores abdominales, distensión abdominal, náuseas, estreñimiento… Al margen de esta patología, al menos un 35% de la población tiene sensibilidad al gluten, una cifra que continúa en aumento debido al desajuste de nuestra tolerancia inmune causada por el incremento de nuestra exposición a químicos, medicación y estrés, además de una mala nutrición. Todo ello conlleva la falta de vitaminas y minerales necesarios para apoyar el sistema inmunológico y por tanto, disfunciones en las enzimas del intestino.
  4. Leches alternativas: No todas las leches son iguales, y algunas pueden contener elevadas cantidades de azúcares, conservantes y espesantes, como la carragenina, la cual puede provocar inflamación, según han constatado diferentes investigaciones. La exposición a esta sustancia puede hacernos más vulnerables a la lactosa y, al tiempo, a padecer diabetes.
  5. Alimentos procesados: Además de nutrientes, los alimentos procesados pueden incluir productos químicos, como los colorantes, que han sido relacionados con el cáncer y algunas enfermedades crónicas. Los alimentos procesados –aunque Sanidad en nuestro país ha recomendado reducir la cantidad de sal– también son una fuente extraordinaria de azúcares añadidos, los cuales pueden debilitar el sistema inmunológico. Lo mejor, optar por productos naturales y reducir la ingesta de alimentos procesados.
  6. Azúcar: El azúcar, siempre en su justa medida. Tomar demasiada azúcar debilita el sistema inmunológico, al tiempo que puede causar inflamación y disparar los niveles de insulina. El azúcar, aunque no lo parezca, es un alimento adictivo, pero se puede sustituir por otros productos menos calóricos, como el edulcorante estevia (cero calorías).
  7. Grasas trans: No todas las grasas son iguales, pero si hay unas perjudiciales para la salud éstas son las grasas trans. Peligrosas para el corazón, el exceso de grasas saturadas en la dieta nos hace especialmente vulnerables a padecer enfermedades cardiovasculares. Antes de tomar cualquier alimento conviene revisar su etiqueta y comprobar que no está parcialmente hidrogenado y que no contiene grasas hidrogenadas. Sustituya en la cocina la mantequilla por el aceite de oliva.
  8. Agua en botella de plástico: Es mejor tomar las bebidas en botella de vidrio o de acero inoxidable, ya que las botellas de plástico pueden contener sustancias dañinas para la salud, como el carcinógeno di2 etilhexil-adipato (DEHA) y bisfenol A (BPA). Además, mucho cuidado con los líquidos calientes, ya que no se deben introducir en plástico. Éste, por la acción del calor, se puede ver alterado y provocar la liberación de gases.
  9. Jarabe de maíz: un producto que se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes, síndrome metabólico y cáncer. Nuestro cuerpo no siempre es capaz de procesar de manera adecuada la fructosa líquida, uno de sus principales componentes, sin olvidar que para elaborar este jarabe se suele utilizar maíz modificado genéticamente y que, como veremos a continuación, puede poner en riesgo nuestra salud.
  10. Alimentos genéticamente modificados: Un estudio llevado a cabo en Francia constató que tomar alimentos o productos genéticamente modificados no es bueno para la salud. Así, en el estudio llevado a cabo, durante dos años, se alimentó a las ratas de laboratorio con pienso de maíz modificado, resultando que se produjo un aumento de la presencia de tumores en las mamas, así como daños en el riñón y en el hígado. Por lo tanto, es mejor optar por los productos orgánicos, sin modificaciones de ningún tipo.
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