Pies: ¿Necesitas plantillas?

Pies: ¿Necesitas plantillas? No siempre les prestamos la debida atención, pero los pies son una parte de nuestro cuerpo que también está expuesto a molestias como el cansancio, dolores o la aparición de durezas. Las plantillas no solo pueden cumplir una función preventiva de trastornos o molestias de la planta del pie, sino que pueden ayudar a tratar otros problemas podológicos más severos.
 
¿Notas los pies cansados o doloridos? ¿Te has planteado que quizá necesites plantillas? Pueden aportar la dosis necesaria de comodidad a nuestros pies, a los cuales no solemos prestar la debida atención, pero ello no les convierte en inmunes a sufrir determinadas molestias o problemas podológicos. Las plantillas pueden ayudar a evitar molestias como el cansancio o las durezas, utilizando en este caso unas plantillas para calzado normal. En otros casos hay que recurrir a las de gama intermedia o a las plantillas terapéuticas para corregir problemas como el pie plano, pie cavo o las fascitis plantar.
 
Empecemos por las primeras, las plantillas normales. Prácticamente todos el calzado incluye plantillas para dotarlo de una mayor comodidad. Plantillas que pueden ser extraíbles o no. Las más cómodas son las plantillas anatómicas, las cuales se adaptan a la forma del pie. En el caso del calzado deportivo, las más recomendables son las que ayudan a amortiguar los impactos o golpes que podemos recibir con la práctica de determinados deportes. En el caso de los niños, las plantillas también son aconsejables para mejorar la higiene del pie y prevenir las bacterias y hongos. En el caso de las personas mayores, las plantillas deben suplementar son amortiguadores, para reducir la presión de la planta del pie al apoyarlo.
 
En cuestión de plantillas, y especialmente pensadas para las mujeres, están las que se colocan en la zona del talón y hasta medio pie o debajo de los dedos. Están especialmente diseñadas para el uso de tacones y no solo se trata de ir más cómoda, sino de prevenir dolencias del pie como las talalgias o las metatarsalgias.
 
Por su parte, las plantillas intermedias son aquellas a las que recurrimos cuando el calzado no las lleva o cuando notamos molestias leves en los pies. Si las molestias persisten, debemos consultar al especialista ya que podemos necesitar una plantilla terapéutica. En los casos de pacientes diagnosticados de diabetes, uno de los trastornos asociados suele ser el pie diabético, caracterizado por un flujo sanguíneo débil. Las plantillas, en este caso, ayudan a evitar la aparición de úlceras ya que favorecen la distribución de las presiones del pie.
 

Patologías del pie: Pie plano, cavo y fascitis plantar

El pie plano se caracteriza por un arco plantar muy bajo y el pie cavo por lo contrario, un arco plantar muy alto. El uso de plantillas no altera la anatomía del pie, pero sí ayuda a evitar problemas o molestias derivadas (juanetes, durezas). Otras patologías podológicas son los pies varos y valgos. En el primer caso, en los pies varos, la punta del pie está haciendo dentro y la parte externa tiene una curvatura similar a una media luna. Los pies valgos, justo lo contrario.
 
Por su parte, la fascitis plantar es una inflamación de la fascia plantar (interior de la planta del pie) que puede cursar con dolor en los talones.

Impostazioni privacy