Retención de líquidos en el cuerpo: Tipos y causas

La retención de líquidos es una falta de drenaje que provoca la acumulación de agua en el cuerpo. Se estima, según datos médicos, que 7 de cada diez mujeres padecen este molesto trastorno. ¿Cómo afecta la retención de líquidos?, ¿cómo solucionarlo?

La retención de líquidos en el cuerpo puede ser de varios tipos y responder a diferentes causas, algunas de ellas reveladoras de un problema de salud más grave, así que no conviene subestimar este problema.

¿Por qué se produce la retención de líquidos?

Entre el 60-70% de nuestro peso corporal es agua, un porcentaje que vendría a representar, según datos médicos, unos 40 litros. Líquido que, en condiciones normales, se distribuye así: alrededor de 28 litros en el interior de las células y el resto, unos 14, fuera (estos últimos a su vez están en los espacios entre las células (unos 11 litros) y unos tres en la sangre).

El líquido de nuestro cuerpo es agua y algunas sustancias disueltas, pudiendo intercambiarse gracias a la permeabilidad de las membranas celulares y los capilares sanguíneos. Cuando se rompe este equilibrio aparece la retención de líquidos. El líquido puede quedar retenido tanto dentro de las células, como entre ellas o en la sangre. Cuando se produce un exceso en los dos primeros casos (dentro y entre las células) se denomina edema.

Factores que influyen en la retención de líquidos

Los factores que influyen en la retención de líquidos van desde una predisposición genética a un estilo de vida con hábitos poco saludables:

  • Llevar una dieta desequilibrada (comer alimentos con demasiada sal o grasas).
  • No practicar ninguna actividad física.
  • Fumar.
  • Consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
  • Tomar demasiado café.
  • Uso excesivo de zapatos de tacón alto.
  • Llevar una ropa demasiado ajustada, lo que que puede obstruir la microcirculación.
  • Algunas píldoras anticonceptivas también pueden provocar retención de líquido.

Causas más comunes de retención de líquidos

Las más frecuentes son:

  • Insuficiencia renal: Provoca la retención de agua y sal, aumentando el volumen y la presión de la sangre y facilitando la salida de líquido de los capilares.
  • Insuficiencia cardíaca: Estamos ante una dolencia que ralentiza la circulación sanguínea, acumulándose en los capilares y elevando la presión en su interior, lo que facilita la salida de líquido.
  • Obstrucción o dilatación de las venas (varices): Esto provoca una dificultad de retorno de la sangre al corazón, sobre todo de las piernas por inmovilidad de éstas, lo que encharca la sangre y aumenta la presión en los capilares.
  • Obstrucción de los conductos linfáticos: Provocadas por inflamaciones, tumores o intervenciones quirúrgicas, dificultando que el líquido que hay entre las células pueda regresar a la sangre.
  • Carencia de proteínas plasmáticas: Este déficit dificulta la retención de líquido en la sangre y facilita su salida. Esta carencia puede deberse a la pérdida de proteínas a consecuencia de quemaduras o bien por la orina (alteraciones renales) o por una menor formación de ellas debido a una patología del hígado o por mala alimentación (dieta pobre en vitaminas y otros nutrientes).

Síntomas de la retención de líquidos

  • La hinchazón es el síntoma más frecuente de la acumulación de líquidos entre las células. Si al presionar con el dedo se deja una huella hundida, hay retención de líquidos. Si es linfa, la huella es menos profunda y desaparece enseguida; y si es grasa, esta huella no se forma.
  • La hinchazón por insuficiencia cardiaca o por dificultades del retorno venoso sigue la fuerza de la gravedad, por lo que empieza por los tobillos y disminuye al acostarse. Por su parte, la hinchazón debida a insuficiencia renal se manifiesta en primer lugar en la cara.
  • Si la retención de líquido es importante, el aumento de peso sin causa aparente también puede ser un síntoma o señal delatadora. La retención de líquidos también puede provocar una mayor sensación de cansancio.

Remedios naturales para la retención de líquidos

  • Evitar las comidas hervidas, ya que los alimentos ganan un porcentaje de agua que luego quedará en nuestro cuerpo. Es mejor preparar los alimentos a la plancha, al vapor o al papillote.
  • Evitar los embutidos y productos ahumados.
  • Reducir la sal y sustituirla por otras hierbas o especias.
  • Es aconsejable beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día (un vaso en ayunas ayuda a eliminar toxinas), así como infusiones o zumos de frutas naturales. Entre las infusiones naturales, el perejil o la cola de caballo.
  • Practicar ejercicio físico. Natación, aquagym, bicicleta o andar rápido son algunos de los ejercicios más efectivos para evitar la retención de líquidos.
  • Hay algunos tratamientos, como la mesoterapia o la presoterapia, que actúan directamente en las zonas en las que se acumula el líquido.

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