La periodista Marina Bernal saca al mercado su octava obra, una recopilación de historias anónimas que sirven para transmitir enseñanzas.
Cada persona tienen en sí una historia que contar. Algunas de ellas incluso superan la propia ficción de las películas. La periodista Marina Bernal presume de saber escuchar y de ser preguntona. Dos cualidades que le dieron para contar historias anónimas a través de las redes sociales y que ya se han traducido en un tercer volumen de Anónimos Infinitos, obra que acaba de sacar. Colaboradora en programa de televisión en La Sexta, Cuatro, Canal Sur, entre muchos otros, saca un rato para hablar en Ella-hoy.
¿Qué vamos a tener en estos Anónimos Infinitos?
Se trata de muchas ideas en pocas palabras, porque un poco es eso lo que intentamos los periodistas. Queremos contar muchas cosas y estamos limitados en el espacio y el tiempo. Estos Ánimos Infinitos son historias, microrrelatos, que empecé a escribir en redes sociales, hace ya más de una década, y esas historias fueron cobrando vida, porque a través de las redes sociales interactuaba con personas que se sentían identificadas con las historias que contaba. Al final se hizo un libro, Anónimos Infinitos, llegó un segundo volumen y hasta un tercer volumen, y ya esta Navidades pensamos que va a ser un bonito regalo reunirlos todos en un solo libro.
Qué gran premio tiene que ser que la gente por redes sociales te pida que esas historias estén de manera física en un libro.
La satisfacción sobre todo es la comunicación con la gente. Yo trato de utilizar las redes sociales como una herramienta de contacto aunque el contacto directo es el mejor. Pero ambas comunicaciones son complementarias. E igualmente yo soy una gran defensora del uso del lenguaje y de verbalizar nuestros sentimientos. Muchas veces nos olvidamos de decir algo tan sencillo como un te quiero, y no tiene que ser nuestra pareja, sino puede ser a un amigo.
Marina Bernal presenta su tercer volumen de Anónimos Infinitos
Tú puedes hablar de la vida con mucha propiedad por tu amplia carrera.
¿Me estás llamando mayor? (Risas)
Ni mucho menos, pero tu bagaje y tu experiencia, y sobre todo las personas que has ido conociendo te dan esa perspectiva. Nada de mayor (risas).
Sí, te entiendo. Pero es que yo reivindico la edad y la experiencia como un valor, y más en la mujer, porque por desgracia, parece que estamos más limitadas en algunas profesiones por la edad. Yo creo que la experiencia es un gran valor, aunque la juventud también lo sea, y hay que aunar siempre. Y esa reivindicación e ir en contra de la calificación de la edad de una mujer para su valor profesional me parece maravilloso y yo me uno. La edad de la jubilación no cuenta en el mundo del periodismo, por ejemplo.
Tú siempre invitas en tus libros a pensar, a reflexionar y a cuestionarte cosas.
Y soy también muy preguntona. En todo intento llegar al porqué de las cosas y lo intento trasmitir.
Y viendo todo desde tu perspectiva, que males identificas.
Yo noto que hay mucha falta de humildad. Está muy bien sentir y tener seguridad en uno mismo, pero adoptar esa actitud de saberlo todo, de prepotencia, es complicado. Todos tenemos que tener más humildad.
Correcto, pero además la redes sociales que tú defiendes tanto es que yo lo veo bien también hacen que crezca ese ego.
Yo creo que las herramientas son maravillosa y lo que tenemos que cuestionar es el uso que se le dan. Pero con todo, la tecnología sigue avanzando y lo último es la inteligencia artificial. Pero la tecnología siempre tiene que estar al servicio de las personas y no nosotros ser esclavos.
