Cáncer de riñón: ¡Vigila tu alimentación!

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Cáncer de riñón: ¡Vigila tu alimentación! Somos lo que comemos, de ahí la importancia de cuidar nuestra alimentación para evitar trastornos de salud y, entre ellos, uno de los más temidos, el cáncer. Según el último estudio publicado sobre la relación entre salud y hábitos alimenticios, abusar de algunos alimentos como la carne roja, sobre todo si la preparamos a la barbacoa, incrementa los riesgos de padecer un cáncer de riñón. Los investigadores apuntan a que el riesgo se eleva hasta un 19% en el caso de las personas adultas.
 
La alimentación es una premisa básica para garantizar nuestra salud y prevenir enfermedades. Como ya sabemos, llevar unos hábitos saludables ayudará a incrementar las defensas de nuestro organismo y reducirá los riesgos de desarrollar un trastorno de salud, entre ellos, el de cáncer de riñón, cuya relación con los hábitos alimenticios ha sido objeto de un estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos y en el que han participado medio millón de personas (todos ellos mayores de 50 años) durante un periodo de nueve años. Un estudio cuyos resultados revelan que, aunque la carne roja es una buena fuente de hierro y por tanto de proteínas, no debemos abusar de ella, ya que su excesivo consumo puede aumentar, hasta en un 19%, el riesgo de sufrir un cáncer de riñón. Un riesgo que, según alertan los investigadores, puede ser mayor si la consumimos elaborada a la barbacoa o a la parrilla, ya que de esta manera se ingieren más productos químicos. Del total de pacientes que participaron en este estudio, unos 1.800 desarrollaron este tipo de tumor.
 
En sus conclusiones publicadas en el American Journal of Clinical Nutrition, los investigadores también subrayan que no se debe dejar de comer carne. Una dieta sana y equilibrada será aquella en la que incluyamos todo tipo de alimentos. La regla de oro está en no abusar de ninguno de ellos, es decir, comer con moderación. Sería el caso de la carne, la cual lógicamente no debe ser el único alimento estrella de nuestra dieta. De esa manera, si no abusamos de su consumo, y sobre todo a la hora de su preparación no la sometemos a altas temperaturas durante mucho tiempo, reduciremos los riesgos que pueda conllevar. En este caso, el estudio señala que los riesgos eran mayores si el consumo de carne era diario (113 gramos al día). Hay que apuntar además que en este estudio también se han tenido en cuenta otros factores, como la edad de los pacientes, el tipo de dieta habitual que seguían (si tomaban o no mucha fruta y verdura), el hábito de fumar y el consumo de bebidas alcohólicas, así como su historia clínica (tensión arterial, diabetes, colesterol).

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