Diferencias entre celos y envidia y cómo nos afectan

Aunque comparten ser emociones negativas e incluso destructivas hay diferencias entre celos y envidia. Dos conceptos que tienden a confundirse, en especial por sus efectos perjudiciales para la salud emocional, pero que se manifiestan en pensamientos y actitudes diferentes.

La envidia y los celos son dos respuestas emocionales que pueden esconder inseguridad y baja autoestima. Pero es que además implican otros sentimientos asociados que agravan aún más el malestar emocional. Identificar las particularidades de cada una de estas emociones es el primer paso para aprender a dejar de ser una persona celosa o envidiosa.

¿Celos y envidia es lo mismo?

En términos psicológicos, celos y envidia son diferentes. La envidia es la tristeza o pesar del bien ajeno, y los celos se pueden definir como la sospecha, temor e inquietud de que una persona ponga su cariño o atención en otra. Los celos sin motivo más comunes surgen en las relaciones de pareja, pero este sentimiento también puede dirigirse hacia otras personas (amigos, compañeros de trabajo…).

¿En qué se diferencian la envidia y los celos?

  • La envidia es el deseo de tener algo o a alguien que pertenece a otra persona. Por su parte, los celos son el miedo a perder algo o a alguien que se tiene. Se puede tener envidia de las amigas, entre hermanos, por ejemplo; pero también se puede tener envidia y celos al mismo tiempo, por ejemplo en el trabajo.
  • La envidia es propia de personas inseguras, baja autoestima y sentimiento de frustración personal. Los celos surge como una manera de protegerse ante lo que se teme perder.
  • La envidia suele ir asociada a otras emociones negativas como miedo, egoísmo, tristeza y enojo. Los celos provocan temor, recelo, ira, inseguridad o paranoia.

Consecuencias de la envidia y los celos

«La envidia y los celos no son vicios ni virtudes, sino penas». La frase es de un filósofo inglés, Jeremy Bentham, y resume a la perfección las consecuencias de ser envidiosos o celosos. La envidia y los celos, que podemos sentir hombres y mujeres en igual medida, son malos para la salud porque generan sufrimiento, desconfianza y frustración, nunca felicidad.

La envidia puede convertirte en una persona tóxica, con tendencia a la crítica y a buscar los defectos de los demás. Los celos, sobre todo cuando se trata de celos patológicos, pueden acabar con una relación de pareja o de amistad. Vivir sin las ataduras de las emociones negativas nos hace crecer como personas y en especial nos enseña a ser más libres y felices.

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