Fibromialgia: Posibles problemas en las relaciones sexuales

La fibromialgia es una de las patologías con rostro de mujer, es decir, son las más vulnerables a padecerla, tal y como constatan los datos médicos (entre el 80-90% de los pacientes diagnosticados son mujeres). Un trastorno cuyos principales síntomas son la fatiga y los dolores musculares continuos, a los que pueden sumarse otros como dificultades para dormir, dolor de cabeza, rigidez generalizada o localizada por la mañana, sensación de hormigueo o adormecimiento en manos y pies, alteraciones digestivas, dificultades para concentrarse o periodos menstruales dolorosos.

La fibromialgia no afecta a nivel físico, también emocional. Así, el cansancio y dolor continuado, pueden afectar a la calidad de vida de quien la padece y a su estado de ánimo. Las personas que padecen fibromialgia son más vulnerables a los episodios de ansiedad, tristeza o depresión. La fibromialgia además evoluciona en brotes, con fases de mejoría y de empeoramiento. Todo esto hace que convivir con la fibromialgia no siempre sea fácil. De hecho, estamos ante un trastorno que puede condicionar las relaciones de pareja.

Cómo afecta la fibromialgia en la sexualidad

La fibromialgia, ¿puede implicar la falta de libido? La respuesta es que sí, y de hecho, como subrayan los expertos, es frecuente. Tanto por la enfermedad en sí, como por los efectos secundarios de la medicación que se utiliza. Todo ello puede hacer que la libido se encuentre disminuida.

La fibromialgia no es una enfermedad degenerativa, pero sí crónica, y ahí reside su impacto, en cómo puede afectar o limitar la calidad de vida del paciente, afectando a diferentes aspectos. Consecuencias negativas que pueden provocar un deterioro de la salud y tener un impacto importante en la vida familiar y relaciones con la pareja. En este caso es importante abordar la enfermedad desde el punto de vista de la psicología, la cual puede ofrecer herramientas que ayuden a controlar el impacto de la fibromialgia. Desde la atención en el foco de dolor a los pensamientos negativos a cómo afrontar la enfermedad son aspectos que conviene trabajar porque determinan en gran medida el nivel de calidad de vida de los pacientes.

Fibromialgia y libido

La sexualidad es muy vulnerable a los cambios emocionales y, en especial, a los estados emocionales negativos. Y si a esto le sumamos el dolor y la fatiga, la principal perjudicada será la libido, en todas las fases de la relación sexual (puede derivar en dificultades para el organimo, dispaurenia durante el coito, vaginismo). En la pérdida de deseo sexual influyen otros muchos factores:

  • Aumento de la sensibilidad al roce y miedo a sentir dolor
  • Pérdida de autoestima
  • Pensamientos negativos sobre la imagen personal
  • Depresión
  • Tristeza
  • Irritabilidad
  • Ansiedad
  • Dificultades para concentrarse en las sensaciones placenteras
  • Influencia de los medicamentos

El aprendizaje de técnicas de relajación, meditación o respiración pueden ser de gran ayuda para reducir la ansiedad y el dolor, así como para canalizar emociones como tristeza, ira o ansiedad.

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