Ginseng: Tónico y reconstituyente

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Ginseng: Tónico y reconstituyente. Es una de las hierbas más conocidas y utilizada, fundamentalmente, para recuperar la energía en momentos de fatiga o decaimiento, pero no es su única propiedad o efecto terapéutico, porque el ginseng también aumenta las defensas, ayuda a reducir los procesos inflamatorios y a combatir los efectos del estrés y el nerviosismo. Además, estamos ante una hierba a la que se le puede dar diferentes usos, tanto en el capítulo culinario como en cosmética, ya que tiene un efecto revitalizante de la piel.
 
El ginseng es una hierba originaria de China pero cuyo se ha extendido por medio mundo gracias a las innumerables propiedades y efectos terapéuticos que se le atribuyen. Tónico o adaptógeno y reconstituyente, el ginseng es la hierba más utilizada para recuperar la energía perdida, combatir la fatiga mental y activar la actividad cerebral. Es por ello que el ginseng, por ejemplo, es la hierba más utilizada durante las épocas de exámenes o de aquellos momentos en los que el trabajo nos exige un sobreesfuerzo intelectual. De la misma manera, el ginseng también nos ayuda a relajarnos y a liberarnos de las tensión del estrés, la ansiedad o de un episodio puntual de nerviosismo. En otras palabras, mejora la capacidad de nuestro organismo de enfrentarse a una situación de estrés.
 
El ginseng, y especialmente su raíz, es una fuente natural y extraordinaria de energía, por lo que en momentos de decaimiento o cansancio puede ser un buen remedio. Y aunque en época de calor puede resultar difícil pensar en la intolerancia a las temperaturas bajas, al frío en definitivo, el ginseng, por su efecto energético, nos ayuda a combatirlas. La raíz precisamente ha sido objeto de múltiples estudios constatándose que contiene, entre otros, minerales, aceites esenciales, carbohidratos, aminoácidos, ácidos orgánicos y fitoestrógenos.
 

Ginseng para reducir el colesterol

Puede que sea uno de sus efectos o propiedades más desconocidas, pero esta hierba también es aconsejable para reducir de manera natural los niveles altos de colesterol y de glucosa. Además, el ginseng ayuda a reforzar las defensas y a mejorar los procesos inflamatorios.
 
Cabe señalar que su uso no solo es terapéutico, porque el ginseng es una hierba que se puede utilizar en la cocina (en Oriente se utiliza como complemento de caldos o sopas, por ejemplo) y en la cosmética, ya que las cremas enriquecidas con ginseng ayudan a revitalizar la piel y a retrasar los efectos del envejecimiento.
 
Aunque se trata de una hierba, antes de seguir un tratamiento con ginseng es aconsejable consultar al médico, sobre todo para determinar la dosis necesaria en cada caso, así como la duración del tratamiento. Los expertos aconsejan no tomar ginseng más de mes y medio seguido, descansando durante varios meses antes de volver a repetirlo, al igual que no es aconsejable en caso de embarazo o de problemas de hipertensión. Esto es debido fundamentalmente a su efecto estimulante.
 
Y un último efecto del ginseng es que también ayuda a mejorar el deseo, ya que se le atribuyen propiedades afrodisiacas en el caso de los hombres.

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