El sueño es imprescindible, reparador, vital para reponer energías, regular los biorritmos y una herramienta tereapéutica a la que se puede recurrir como alternativa en casos muy específicos. Hablamos de la cura del sueño que, como su nombre indica, consiste en utilizar el sueño como terapia.
Dormir mal tiene efectos negativos para la salud, afectando tanto al comportamiento como a las capacidades cognitivas, entre otros, al tiempo que la falta de un descanso reparador provoca alteraciones del sistema inmunológico (desplome de las defensas), metabolismo y sistema hormonal. La cura del sueño consiste básicamente en inducir el sueño, de forma monitorizada y mediante la administración de fármacos antipsicóticos o hipnóticos (inciden directamente sobre el estado de ánimo y son hipnorreguladores para actuar sobre la estructura de sueño), durante un determinado número de horas e, incluso, días. Se trata de una terapia intensiva para recuperar el equilibrio del sistema nervioso y que, en situaciones de elevado estrés, ansiedad o depresión, puede volverse incontrolable. La cura de sueño es una terapia a la que se suele recurrir cuando los tratamientos convencionales no dan los resultados esperados.
¿En qué casos está recomendada?
La cura de sueño se utiliza en casos de estrés postraumático (a consecuencia de haber vivido una experiencia traumática o violenta), así como en aquellos pacientes que presentan un cuadro de psicosis aguda, pacientes con un historial de intento de suicidio o en casos de delirios, alucinaciones, comportamientos agresivos o pérdida del autocontrol. También es una terapia alternativa en casos de adicciones.
Dado que el paciente debe estar monitorizado de manera permanente durante el tiempo que dure el tratamiento, la cura de sueño siempre debe realizarse en un centro especializado y supervisado por profesionales. Antes de determinar si la cura de sueño es la terapia más indicada, conviene realizar un estudio detallado (con pruebas específicas como la polisomnografía que estudia el sueño y sus fases ) para determinar cuál es exactamente el tipo y grado de trastorno del sueño, evaluar los patrones de vigilia-sueño y, sobre todo, el impacto que este trastorno está teniendo en el paciente.
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