¿Quieres saber cómo empezar bien el día? Tómate unos minutos antes de saltar de la cama, especialmente si tienes que madrugar, para seguir la recomendación avalada por la ciencia y a prueba de los más perezosos. Nada como dedicarse a uno mismo los primeros momentos del día para afrontarlo de manera más positiva.
Algo tan sencillo como adoptar una postura corporal, en concreto, estirar brazos y piernas para abarcar el máximo espacio posible de la cama, puede influir directamente en cómo será nuestro día. Descubre los beneficios de estirar el cuerpo al despertar, una rutina impulsada por la psicóloga de la Universidad de Harvard Amy Cuddy.
Posturas de poder para empezar el día
El lenguaje corporal influye en las emociones, pensamientos e, incluso, en cómo nos vemos a nosotros mismos. Por ejemplo, estirar los brazos hacia arriba abiertos en forma de ‘V’ es una de las expresiones de victoria (y de poder) más conocidas. Mientras que cuando nos sentimos inseguros tendemos a hacernos pequeños y a encerrarnos en nosotros mismos. A través del lenguaje corporal, en ocasiones sin darnos cuenta, estamos transmitiendo información al cerebro que determinará nuestra respuesta ante situaciones estresantes.
Y este es precisamente la premisa sobre la que se sustentan los estudios realizados por esta experta, y que han dado lugar a las denominadas posturas de poder. Una pose enérgica, que transmita confianza y fuerza, nos hace ganar en seguridad y autoestima, y esto es aplicable a múltiples situaciones del día a día.
¿Qué es lo primero que debo hacer al despertar?
La postura de poder para empezar el día con energía consiste en estirarse en la cama, todo lo que podamos, tratando de ocupar el mayor espacio posible con nuestro cuerpo, lo que ayudará a evitar el estrés matutino y a gestionar mejor las emociones. Estirar el cuerpo, desde la punta de los dedos de las manos a los pies, transmite una imagen propia de confianza y seguridad que se prolongará a lo largo del día.
Estiramientos del cuerpo que son aún más aconsejables cuando al despertar nos descubrimos en posición acurrucada, lo que puede denotar una ansiedad e inseguridad a la que debemos hacer frente.
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