PH de la piel: ¿qué es y para qué sirve?

ph piel
Lo has oído y leído mil veces, pero ¿qué es el pH de la piel? Y, sobre todo, ¿para qué sirve y por qué es tan importante? Vamos a desvelar algunos de los aspectos más determinantes del pH de la piel. Conocerlo nos ayudará a mejorar los cuidados de nuestra piel y de nuestra salud en general.
 
No solo la piel, hasta los alimentos o el agua tienen su propio pH. Forma parte de nuestro vocabulario, lo leemos continuamente en las etiquetas –sobre todo de los productos de higiene, belleza y cosmética- pero, ¿sabemos realmente qué es y qué nos indica? Lo cierto es que es mucho más importante de lo que pensamos, y determinante para el cuidado de nuestro organismo. La dieta, como veremos, también juega un papel determinante para mantener equilibrado el pH.
 

¿Qué es el pH de la piel?

El pH es un valor numérico que determina la alcalinidad o nivel de acidez de un determinado elemento (iones de hidrógeno presentes). El pH oscila entre 0 y 14, siendo el punto de equilibrio el 7. El pH afecta a todas las células presentes en nuestro organismo. Así, por ejemplo, diversos estudios han constatado que las enfermedades sobreviven peor en un estado alcalino y se fortalecen en uno ácido. El pH de la flora intestinal o vaginal es más alcalino que el de otras zonas corporales para evitar, por ejemplo, las infecciones. Cuando el nivel es ácido interfiere en la funcionalidad de las células, ralentizando su producción de energía, por lo que nos sentiremos más fatigados y más vulnerables a ciertas patologías.
 

PH de la piel: ¿para qué sirve?

El pH de la piel nos permite reforzar su salud con unos cuidados específicos. Así, a través del pH podemos elegir con acierto los mejores productos de higiene y belleza y descartar aquellos que pueden ser nocivos para nuestra piel. En el caso de la piel, el pH varía entre 5,5 y 6. Después del baño o la ducha, la piel tarda varias horas en recuperar su pH normal. Si no compensamos esta pérdida, la piel puede sufrir daños y dejar de protegernos. Por eso, es aconsejable aplicar un gel o crema hidratante de índice mayor (7,5 u 8) para compensar ese descenso y evitar que la piel produzca más ácido.
 

Equilibrar el pH: dieta

El pH puede desequilibrarse por múltiples causas, entre ellas, el estrés, determinadas reacciones inmunológicas o seguir una dieta demasiado ácido (dieta acídica). De hecho, la alimentación, como en otros aspectos de la salud, también juega un papel fundamental en mantener equilibrado el pH. La dieta adecuada es aquella que apuesta por las verduras, las frutas con bajo contenido en azúcar y la ingesta de agua (agua iónica). Por su parte, es aconsejable vigilar el consumo de azúcar, lácteos, carnes o café. No se trata de restringir o prohibir alimentos, sino de compensar los alimentos ácidos (pescado, carne) con los alcalinos (remolacha) o alimentos considerados neutros (arroz).
 

Equilibrar el pH: alimentos ácidos y alcalinos

Para que no tengas dudas a la hora de planificar la dieta y equilibrar el pH aquí tienes una lista de los alimentos cuyos propios valores de pH inciden en el de nuestro organismo:

  • Alimentos ácidos: Carne, frutos secos (nueces, cacahuetes, anacardos), chocolate, natillas, helados de leche, yogur, almejas, merluza, bacalao, tocino, cecina, mejillones, salmón, sardinas, pavo, atún, azúcar y edulcorantes, frutas en conserva, bollería.
  • Alimentos alcalinos: Remolacha, zanahoria, brécol, coliflor, repollo, apio, espinacas, col, acelga, setas, lechuga, berenjena, berro, calabaza, cebollas, tomate, albaricoque, manzana, cereza, melón, pera, frambuesa, sandía, piña, castaña, tofu, almendra y mandarina.
  • Alimentos neutros: Arroz, miel, queso, mantequilla, huevos, aceites vegetales, leche de soja, patatas, salvado de avena, aceitunas, centeno, quinoa, avena, macarrones, garbanzos, judías, trigo, lentejas, ciruelas, moras, leche de arroz y de almendras.
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